Se suele decir que el mundo del fútbol solo se mueve por el vil metal. Noticias como la que protagoniza este jueves el Bayern de Munich desmienten esa afirmación con rotundidad. El drama que se vive en Europa con la llegada de una interminable oleada de refugiados que huyen de una muerte casi segura en sus países de origen, en su mayoría Siria, parece haber conmovido los corazones que integran el club bávaro entrenado por el extécnico del Barça Pep Guardiola. Así lo demuestra el millón de euros que intentará recaudar, no podía ser de otra forma, con la organización de un partido benéfico. Su objetivo es financiar diversos proyectos destinados a ayudar a los inmigrantes de Oriente Medio y África que lleguen a la ciudad germana.

Una de estas iniciativas consistirá en crear “un campo de entrenamiento” para los jóvenes refugiados, que se beneficiarán de comidas, equipamientos deportivos y cursos de alemán. “En el Bayern se considera que es nuestra responsabilidad social ayudar a los niños, mujeres y hombres que lo necesitan y acompañarlos en Alemania”, señaló Karl – Heinz Rummenige, presidente del club y mítico jugador alemán, que confeccionó este plan de ayuda en colaboración con el Gobierno de Baviera. Está previsto que Alemania reciba 800.000 solicitudes de asilo este año, cuatro veces más que las registradas en 2014.

Mientras se materializa este particular plan de choque contra la crisis migratoria que trae de cabeza a los países miembros de la UE, el Bayern ha preparado un gesto simbólico que pondrá con el corazón en un puño a más de un aficionado que se encuentre en la grada del Allianz Arena el próximo 12 de septiembre. Está previsto que los jugadores del primer equipo entren al césped de su estadio con un niño alemán de una mano y un joven refugiado de la otra antes del partido liguero que les enfrentará al Augsburgo. Todo para concienciar a la población de la importancia de ayudar a estas personas que lo han abandonado todo para poder sobrevivir en un país ajeno con una lengua y costumbres distintas.

La iniciativa del club alemán llega el día después del llamamiento solidario realizado por los miembros de la selección germana que ganó la Copa del Mundo en 2014, encabezados por el actual capitán Bastian Schweinsteiger, para denunciar los ataques xenófobos contra los refugiados extranjeros. “Contra la violencia y la xenofobia”, señalaban las pancartas sostenidas por internacionales como Jerome Boateng, en un vídeo publicado en la página de internet de la Federación Alemana. Además, los jugadores no dudaron en hacer un llamamiento al respeto, la ayuda, la integración y el ‘fair play’ en el juego de la vida, mucho más importante que el que se ve cada dos por tres en un estadio de fútbol.