Editorial de diario de noticias

Derecho a la sanidad

Fernando Domínguez ha sido tajante, ante los discursos ultras que buscan réditos electorales, en que la atención sanitaria no puede depender del origen o la situación administrativa de la persona necesitada y en que ningún registro debe limitarla

Diario de Noticias, , 01-09-2015

navarra no limitará la asistencia sanitaria a los inmigrantes ni acepta la creación, anunciada por el ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, de un registro en el que deberían inscribirse las personas extranjeras en situación administrativa irregular que necesiten ser tratados por nuestro sistema de Salud. Así de tajante se ha mostrado el consejero de Salud del nuevo Gobierno de Navarra, Fernando Domínguez. Es preciso recordar que la decisión de retirar el acceso a la asistencia sanitaria a las personas que se encuentran sin papeles en el Estado español fue una medida que el Gobierno de Rajoy impuso en 2012, con el argumento de reducir el gasto público y evitar lo que denominaron turismo sanitario, que contó con el apoyo del Gobierno de UPN y a la que la mayoría política del Parlamento foral entonces se opuso, por considerar que la respuesta a los problemas de salud de cualquier persona no puede estar condicionada ni por su origen ni por su situación legal. El Gobierno de Rajoy ha buscado durante tres años recentralizar y limitar la capacidad sanitaria autonómica en este asunto y otros asuntos, afortunadamente sin lograrlo, hasta que a falta de cuatro meses para la celebración de las próximas elecciones opta por dar marcha atrás. Es difícil de aceptar que el auténtico motivo que ha movido al Gobierno de Rajoy, tanto cuando decidió limitar la prestación como cuando ahora ha rectificado, tenga que ver con la economía. El PP ha mantenido, desde que accedió al Gobierno en 2011, una actitud beligerante en todas aquellas cuestiones relacionadas con la integración de personas de otros continentes llegadas a España en busca de asilo, refugio o de prosperidad. Primero fue la asistencia sanitaria, luego las críticas a las ayudas de asistencia social y últimamente la negativa a adoptar ningún compromiso para que el Estado español acoja y conceda asilo a una parte de los cientos de miles de personas que vagan por nuestro continente, huyendo de los conflictos bélicos que asuelan una parte del mundo. Es cierto que la llegada masiva de extranjeros, de origen y cultura diferentes a la nuestra, es siempre un problema difícil de gestionar, como estamos observando a lo largo y ancho de la UE. Pero no es de recibo que los gobernantes eludan su responsabilidad y no afronten los problemas que se les plantean. Menos aún que detrás de sus gestos y decisiones siempre quede la sospecha de la búsqueda del rédito electoral a costa de airear discursos xenófobos y ultras que inciden en la persecución del otro, de los diferentes.

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