El propietario de la discoteca Caracas, Khalid Lazaar, desmintió ayer cualquier relación con el enfrentamiento mortal que tuvo lugar ayer a las puertas de su local. «Todo el personal y yo nos fuimos a las 5,20, como siempre, y no había nada raro», afirmó el empresario marroquí. Lazaar aseguró que desconocía tanto la identidad de los implicados como los motivos que dieron lugar a la pelea, e insistió en que «nadie de mi personal de seguridad me transmitió durante la noche que hubiera un problema, ni dentro ni fuera del local». Cree que no le afectará lo ocurrido «porque tengo mucho personal de seguridad». De hecho, en Facebook, la discoteca hace alarde de los musculosos empleados que se ocupan de que nada altere la diversión en el interior. A pesar de que su clientela se compone en un 70% de árabes, no le extraña a Lazaar la presencia de ciudadanos de etnia gitana. «Los chicos gitanos son solo el 2% de mis clientes, pero también vienen españoles, franceses e ingleses», explica el empresario, que cuenta con otra discoteca en Torrevieja.

El alcalde de Los Alcázares, Anastasio Bastida, confirmó ayer que Caracas cuenta con licencia de café – teatro desde el 17 de abril, por lo que puede abrir hasta las 5 de la mañana. Bastida aseguró que el local «no tiene ningún expediente de incumplimiento», ni tiene constancia de que sea una discoteca conflictiva.