No hay cifras oficiales, pero en la Consejería de Sanidad constan menos de 400 tarjetas sanitarias especiales aprobadas después de que en 2012 se dieran de baja un total de 49.500 tarjetas, en su inmensa mayoría a los inmigrantes en situación irregular, según fuentes de este departamento.

La Consejería de Sanidad nunca ha ofrecido una cifra real de cuántas personas pudieron quedarse en Canarias sin asistencia después de que el Gobierno de la Nación eliminara el derecho a la sanidad universal a mediados de 2012. Se desconoce el número de excluidos a los que luego se les dio la tarjeta sanitaria especial otorgada por el Gobierno canario, pero fuentes del departamento que dirige Jesús Morera indicaban ayer que las primeras  tarjetas especiales se empezaron a dar en 2013 y que al finalizar ese año «apenas se llegaba a un centenar de aprobadas». A día de hoy, las mismas fuentes, aseguran que «hay menos de 400» beneficiarios.

Si este dato se contrapone con las 49.500 tarjetas sanitarias que Sanidad dio de baja en octubre de 2012,  la inmensa mayoría de inmigrantes sin papeles, se podría vislumbrar cuántas personas pueden a día de hoy estar fuera del sistema asistencial en Canarias, aunque nadie se atreve a dar una cantidad. Se trata, a juicio de las organizaciones implicadas en la defensa del derecho universal a la salud y que se aglutinan en la Coalición por el Derecho a la Salud, de una cifra «indignante» por cuanto que es «absolutamente desproporcionada» la diferencia entre los que salieron del sistema y los que se han incorporado.

La coalición critica que «no hubiera ni haya datos oficiales», decía ayer José David Hernández, técnico del área intencional en Caritas de Canarias. Esta ONG y el resto que componen la coalición (CEAR, Amnistía Internacional, Médicos del Mundo, Plataforma Yo Sí atiendo y Acción en red – Canarias) denuncian además que las trabajas burocráticas y la falta de información fidedigna han funcionado como «medidas disuasorias» para que los inmigrantes no hayan tramitado la tarjeta especial y prácticamente dieran por hecho que no tenían derecho a la sanidad.