La situación no está siendo nada fácil para los deportados después de que Nicolás Maduro cerrara la frontera y ordenara un estado de excepción que durará 60 días

La situación no está siendo nada fácil para los miles de colombianos que han sido deportados de Venezuela después de que Nicolás Maduro cerrara la frontera y ordenara un estado de excepción que durará 60 días. «Lo poco que hemos sabido es que se va a poner muy difícil. Todo lo que huela a colombiano provoca odio, ya hemos visto cómo nos están tratando», declaró a medios locales Rosalba Ortiz, una de las deportadas.

Consciente de que la situación se le puede ir de las manos y que las relaciones bilaterales son una bomba por ahora irresoluble, pues las cancilleres de ambos países no lograron desbloquear la frontera tras su reunión del miércoles, el presidente Juan Manuel Santos viajó al lugar de los hechos. Su tono fue protector, nacionalista. Tras rechazar las acciones contra los colombianos, Santos dijo que cerrando la frontera y deportando colombianos no es como se solucionan las cosas. «No todos son paramilitares. Acá hay gente trabajadora y lamentamos los atropellos que sufren nuestros hermanos colombianos», dijo Santos. Maduro cerró frontera después de que una de sus patrullas fuera atacada por supuestos paramilitares colombianos.

Desde Cúcuta, la capital de la provincia fronteriza de Norte de Santander, el mandatario anunció programas de empleo, vivienda gratuita, atención médica, educación y subsidios para los nacionales que lleguen deportados del vecino país. «Pido respeto por las familias colombianasque lo único que quieren es trabajar».