Merkel exige tolerancia cero contra los xenófobos entre gritos de traidora
Visita por primera vez en sus 10 años de Gobierno un centro de refugiados
La Voz de Galicia, , 27-08-2015La canciller alemana se topó ayer de bruces con el odio racista que recorre un país que espera este año la cifra récord de 800.000 solicitantes de asilo. Con abucheos, pitidos y gritos de «¡traidora!» fue recibida ayer en el centro de refugiados en la ciudad sajona de Heidenau. Angela Merkel defendió el derecho al asilo de las personas que se ven obligadas a huir de sus países y exigió «tolerancia cero» contra los xenófobos, en su primera visita a uno de estos centros desde que asumió el poder hace diez años. Una visita que intenta acallar las críticas por su inacción durante demasiado tiempo, mientras la extrema derecha se hacía fuerte, sobre todo, en el este de Alemania.
«Hay cero tolerancia frente a quienes cuestionan la dignidad de otras personas. Hay tolerancia cero frente a aquellos que no están dispuestos a ayudar allí donde legal y humanamente está previsto que se ayude», afirmó. Al igual que hizo el lunes en su cumbre con François Hollande, Merkel volvió a calificar de «repugnante y vergonzoso» lo sucedido en Heidenau, que el fin de semana fue objetivo de los neonazis. De acuerdo con datos del Ministerio del Interior, en el primer semestre del año se registraron cerca de 200 ataques a centros de refugiados, el mismo número que en todo el 2014.
La oposición y expertos reclaman a Merkel menos palabras y más hechos. «Las declaraciones llegan demasiado tarde», declaró el experto en extremismo Hajo Funke en la cadena pública ARD.
Los estados federados alemanes, desbordados hace tiempo por las numerosas solicitudes de asilo, llevan meses reclamando una mayor acción y ayuda económica desde el Gobierno de Berlín para hacer frente a la mayor crisis migratoria desde la Segunda Guerra Mundial.
Tanto a su llegada como a su salida del albergue, la canciller se enfrentó a las recriminaciones de un centenar de ultraderechista y vecinos de todas las edades, desde jubilados hasta madres jóvenes con carritos. Los congregados corearon consignas como «¡traidora!» o «somos la jauría», en alusión al término usado por el ministro socialdemócrata Sigmar Gabriel para denunciar los actos xenófobos. «¡Preocúpate primero de tu propia gente!», le reprochó un hombre mayor.
También el presidente de Alemania, Joachim Gauck, visitó ayer un centro de acogida, en el barrio berlinés de Wilmersdorf. Dejó claro que las personas que atacan los albergues de refugiados son minoría y alabó la labor de los voluntarios, «que quieren mostrar que hay un lado luminoso en Alemania». También recordó que Alemania fue un país «pobre como una rata» que pasó por malos tiempos. «Pero claro, esto es algo que actualmente la gente ha olvidado», agregó.
Hallan 50 cadáveres en un barco
Los equipos de rescate de un buque sueco hallaron los cuerpos sin vida de al menos 50 inmigrantes en la bodega de un pesquero a la deriva cuando trataba de alcanzar Europa. Según las primeras hipótesis, los fallecidos habrían muerto por asfixia y por inhalar los gases nocivos que emitían los motores de la embarcación. El buque sueco «Poseidón», que forma parte de la misión Tritón, interceptó la embarcación en aguas próximas a Libia donde pudieron rescatar con vida a unas 439 personas, 40 menores sin acompañante. Los traficantes de personas reservan las bodegas a los quieren atravesar el Mediterráneo hacia Italia pero que no disponen de dinero suficiente para asegurarse un puesto en cubierta.
Hungría sopesa desplegar el Ejército en la frontera
Hungría anunció ayer que reforzará su frontera con Serbia con el despliegue adicional de más de 2.000 policías y varios helicópteros a partir del 15 de septiembre, mientras el partido conservador del presidente xenófobo Víktor Orban iniciaba un proceso legal para movilizar al Ejército. Las medidas se toman después de la entrada récord de 2.533 inmigrantes en un solo día, la mayoría de ellos refugiados de Siria y Afganistán.
«El Gobierno y el gabinete de seguridad nacional han debatido la cuestión de cómo podría utilizarse al Ejército para proteger la frontera de Hungría y la de la UE», anunció a la prensa Zoltan Kovacs, aunque aclaró de que cualquier decisión definitiva recae en el Parlamento. «Los inmigrantes ilegales se están haciendo cada vez más agresivos, no podemos tolerar lo que ocurrió en Röszke, no podemos aceptar esta agresión», apuntó Szilard Nemeth, miembros del partido gobernante Fidesz y que encabeza la comisión parlamentaria de Seguridad Nacional. Horas antes, la policía húngara había lanzado gases lacrimógenos a unos 200 inmigrantes en el centro de recepción para refugiados en Röszke, localidad fronteriza con Serbia.
Según la agencia de noticias MTI, protestaban por la lentitud de los trámites de registro. Otras fuentes recogidas por Efe señalaron que algunos refugiados se negaron a que las autoridades registraran sus huellas dactilares, lo que les impediría solicitar asilo en otro país europeo. La enorme mayoría de los inmigrantes ilegales que llegan a Hungría solo utilizan el país como tránsito en su camino a otros países más ricos, sobre todo Alemania y Suecia, donde esperan solicitar asilo.
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