Decenas de argelinos hacen cola día tras día a las puertas del consulado argelino en la calle Pintor Velázquez. Esta es la única representación diplomática que hay en la cuenca mediterránea, por lo que llegan familias enteras no solo de la provincia, sino también del resto de la Comunitat Valenciana y de otras regiones, como Murcia o Castilla – La Mancha para poder tramitar sus permisos de residencia o cualquier documentación que necesiten.

Esta acumulación de personas están, a veces literalmente, tiradas en la calle hasta que les atienden, por lo que provocan muchos problemas para los vecinos del barrio, sobre todo de salud pública.

La escena que los vecinos ven cada día en esta estrecha calle es dantesca. Hombres y mujeres esperando su turno para entrar en el edificio en los portales, mientras los niños corretean por la acera hasta que se agotan. Mientras, algún familiar da vueltas y vueltas por las callejuelas intentando aparcar el vehículo con el que han llegado a Alicante, con el consiguiente colapso de la circulación por este tramo urbano.

Esta situación, explican desde la Asociación de Vecinos de Mercado – Ensanche se da día y noche, puesto que algunos de los argelinos que llegan hasta la puerta no quieren perder el turno para la siguiente jornada. A veces, pueden tardar en resolver su trámite dos o tres días.

Todo ello conlleva, explican desde la asociación vecinal, problemas de salud pública, puesto que son muchas personas que no tienen las condiciones adecuadas: faltan aseos, que es lo más urgente, pero también generan muchos residuos porque estas personas se ven obligadas a comer allí mismo o cambiar a los bebés, por ejemplo. En verano, como es normal, el problema se recrudece por el calor.

Además, un floreciente negocio crece por las inmediaciones: «Sabemos que se alquilan habitaciones, incluso sofás, para que algunas personas puedan quedarse los días que necesiten», manifiesta la presidenta de la Asociación de Vecinos Mercado – Ensanche, María Ruiz.

Una situación deplorable para todos, los primeros para los propios argelinos. «Hemos hablado con ellos y están muy descontentos de cómo les trata su propio país», indica María Ruiz. Lo único que piden, argelinos y vecinos, es que se le dé a estos inmigrantes unas instalaciones adecuadas, con zonas de aparcamiento y de espera, con aseos y demás servicios. Por lo visto, «Argelia tiene en propiedad un solar en las afueras de la ciudad, pero el edificio ha quedado a medio construir», dice Ruiz, por lo que decidieron adquirir un inmueble en el casco urbano. No es la única representación diplomática en Alicante, pero sí la más complicada por la gran cantidad de personas que tiene que atender en unas condiciones inadecuadas.

El consulado de Argelia estaba situado en la avenida Eusebio Sempere, pero las presiones policiales obligaron a las autoridades norteafricanas a mudarse, puesto que las denuncias de los residentes eran constantes, bien por el aparcamiento o por el mismo motivo que ahora los del Mercado, la acumulación de personas durante mucho tiempo en un entorno que no está preparado para ello.

Así que se mudaron desde los bajos de Eusebio Sempere a un edificio de viviendas que el promotor no había conseguido vender. El consulado se mudó, al igual que las incomodidades para vecinos y argelinos.

La Asociación de Vecinos Mercado – Ensanche quiere que el Ayuntamiento de Alicante tome cartas en el asunto, después de años de exponerles el tema al anterior equipo de gobierno, que no consiguió llevar a buen término ninguna negociación con el Gobierno argelino para que se trasladara a otra ubicación más adecuada, no solo para los vecinos de la zona, sino también para los propios compatriotas.