DONOSTIA – Los guardacostas italianos iniciaron ayer una masiva operación para rescatar a entre 2.000 y 3.000 inmigrantes a la deriva en 18 barcos localizados a unos 20 kilómetros de las costas de Libia, según informó el Centro de Operaciones de la Guardia Costera italiana a la agencia de noticias AGI. El Centro de Operaciones de la Guardia Costera en Roma informó de que había recibido un total de 23 peticiones de auxilio de otras tantas embarcaciones situadas a entre 20 y 30 millas de las costas libias.

Más de 1.700 inmigrantes fueron socorridos en pocas horas frente a las costas italianas, mientras continuaba la masiva operación tras haber localizado 23 embarcaciones.

La Guardia Costera y la Marina italiana informaron de que han recibido desde la madrugada 23 llamadas de auxilio de 16 lanchas neumáticas y siete embarcaciones.

Durante la noche, 370 inmigrantes que iban en una embarcación fueron rescatados por la Guardia de Finanza (Policía financiera y de fronteras italiana) y se dirigieron al puerto de Messina, en la isla de Sicilia. La Marina también informó de la operación de rescate de 939 personas, en dos embarcaciones a la deriva y abarrotadas de emigrantes, 432 en una y 507 en otra.

A media tarde de ayer se había rescatado a 111 inmigrantes a bordo de una lancha neumática que se dirigían a la isla de Lampedusa, mientras que otros 322 localizados en una barcaza fueron trasladados a la embarcación noruega que participaba en la operación europea de control de fronteras Tritón.

Médicos Sin Fronteras (MSF) informó a este diario d que, tras 100 días de operaciones de búsqueda y salvamento en el Mediterráneo central, los tres barcos con los que opera MSF (Dignity I y Bourbon Argos, de forma exclusiva, y MY Phoenix en colaboración con la organización maltesa MOAS), han rescatado a 11.482 personas. Eritrea sería el principal país de procedencia de los rescatados y “faltan medios de rescate en las zonas donde se dan la mayoría de los naufragios”, denuncia la ONG. “Conocen los peligros, pero se la juegan todos modos. Nos dicen que prefieren ahogarse buscando la seguridad y la libertad que permanecer en sus países de origen o en Libia, donde la vida no vale la pena”, narró Will Turner, coordinador de MSF a bordo del MY Phoenix.

MACEDONIA Cientos de los miles de refugiados congregados en la frontera con Grecia lograron romper ayer el cordón de seguridad y entrar en Macedonia, desde donde buscan dirigirse al centro y norte de Europa para emprender una nueva vida.

La presión que han desencadenado los casi 3.000 indocumentados, en su mayoría refugiados, que esperaban en Gevgelija llevó al Gobierno a reabrir el viernes la frontera, bloqueada desde el miércoles, y permitir el paso gradual. Desde primeras horas de ayer se permitió la entrada y salieron de la estación de Gevgelija, muy cercana al punto limítrofe con Grecia, dos trenes con destino a la frontera que limita con Serbia. El Gobierno programó la circulación de cinco trenes diarios con el único cometido de trasladar a estas personas y decidió que los viajeros habituales se desplacen en autobuses.

Sin embargo, la tensión en esa estación no cesa y, de nuevo, ayer la policía cargó con bombas aturdidoras contra los refugiados que lograron sobrepasar el cordón de seguridad y entrar en el país. Muchos llevan días sobreviviendo en los alrededores de la estación, que se ha convertido en un campamento improvisado. “Para muchos europeos, agosto es un mes de vacaciones”, recuerda Paula Farias, coordinadora del Dignity I. “Pero para muchos es otro mes en el que huir de la guerra, el hambre y la opresión”.