A don Mariano

Deia, , 17-08-2015

Le voy a decir, como vasco, lo que me parecería ideal para Euzkadi: “Que todos los habitantes de este País fuesemos vascos y hablaramos una sola lengua: el euskera” y que los foráneos no la conociesen. ¿Por qué? Porque el trabajo sería exclusivamente nuestro y nadie nos lo podría arrebatar. Esto que digo aquí podría aplicarse al resto de naciones, pero el ser humano no ha sido creado para vivir aislado. En el pasado también los nuestros, como otros muchos de distintos países, emigraron. Unos, por aventureros;otros muchos, por necesidad. El hambre, la guerra y la pobreza obligaron a viajar a otras tierras para encontrar una mejor vida. Muchísimas tierras se han mezclado con gentes procedentes de lejanos lugares. No podemos prescindir de los que vienen de otros países, pues a muchos, incluso les debemos lo que nuestros antepasados les expoliaron antaño, como hicieron españoles, franceses, portugueses, ingleses, holandeses, chinos, mongoles, japoneses, arabes, norteamericanos, marroquíes y un largo etcétera. A otros les debemos la acogida que dispensaron a nuestros ancestros en tiempos tan difíciles como, por ejemplo, el fin de la guerra de Franco y, remontándonos a épocas anteriores, también hago alusión a los que después de las guerras carlistas tuvieron que exiliarse. La gente de fuera no nos cae, en general, bien porque les consideramos diferentes a nosotros. Muchas veces les vemos muy diferente por el color de su piel, sus rasgos y aunque acostumbren a hablar el mismo idioma que usamos nosotros su lenguaje se nos hace extraño. Por razones de humanidad no debiera de haber problemas para aceptar a los inmigrantes , pues todos somos hijos de Dios, porque el nos hizo “a su imagen y semejanza”, aunque pensemos que entre los nuestros y los inmigrantes hay variedad de especies, ya que por su conducta consideramos a unos como unos hijos de perra y a otros hijos de Satanás, pero que quede claro que no es condición indispensable ser extranjero o autóctono para adquirir estos calificativos.

Xabier de Araluze Getxo

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