A prisión por pasar a tres inmigrantes ocultos en los bajos de un solo coche
Los extranjeros se encontraban en una "situación crítica", relata la Guardia Civil.
El País, , 14-08-2015El latido del corazón los puso a salvo. La Guardia Civil localizó el miércoles a tres inmigrantes que intentaban cruzar la frontera de Melilla ocultos en los bajos de un mismo vehículo. “En una situación límite”, han explicado este viernes los agentes, que dieron con ellos tras someter el coche a un control con una máquina que detecta la existencia de ritmo cardiaco. El conductor, un español de 39 años, fue detenido y enviado a prisión. Los subsaharianos pagan hasta 3.000 euros por pasar así la aduana.
Un todoterreno Hyundai Terracán se acerca a la frontera melillense de Beni Enzar. La noche hace horas que ha caído a este lado del Mediterráneo. Y los agentes controlan los automóviles que acceden a la ciudad autónoma desde Marruecos. Considerado uno de los puntos críticos para la entrada irregular de inmigrantes y de drogas, los guardias civiles allí destinados observan como el vehículo sospechoso, con matrícula española, se dirige hasta el puesto de control. Recelan: la carrocería está modificada. Así que deciden inspeccionarlo. Y encuentran a tres subsaharianos ocultos en los bajos. En un estado “crítico”, sentencia el instituto armado.
Incapaces de mantenerse en pie cuando los sacan de sus escondites. Agotados. “Viajaban en una situación límite”, subrayan los investigadores, que los hallaron durante la madrugada del pasado miércoles: a uno en el lugar habilitado para la rueda de repuesto —"completamente contorsionado"— y a dos en los bajos de la parte trasera. Apenas podían respirar tras bajarlos. De hecho, fuentes policiales detallan que requirieron primeros auxilios allí mismo, y tuvieron que trasladarlos hasta el Hospital Comarcal: “Donde se logró estabilizarlos. Pero temíamos por su vida”.
La falta de aire, las altas temperaturas y los gases procedentes de la combustión “pusieron en grave riesgo” la integridad física de estos tres jóvenes, de entre 18 y 25 años. Procedentes dos de ellos de Guinea Conakry y uno de Costa de Marfil, los agentes los encontraron tras someter el vehículo a un control con una máquina que detecta la presencia de ritmo cardiaco.
En la misma frontera, detuvieron al conductor: un español de 39 años, vecino de Melilla, que ya ingresó en prisión acusado de un delito contra los derechos de los extranjeros. Según fuentes del Gobierno, los inmigrantes pagan hasta 3.000 euros por cruzar en dobles fondos. El año pasado lo hicieron así, al menos, cerca de 80. Pero ese fue solo el número de personas que logró encontrar la Guardia Civil.
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