La plana mayor de la seguridad del Gobierno catalán salió ayer en bloque para tratar de acallar rumores sobre mala praxis en el caso de Salou y para insistir en que la actuación de los Mossos fue correcta. La versión oficial señala que cuando la víctima Mor Sylla, de 50 años vio que los agentes entraban en su casa, se subió a la barandilla del balcón, para tratar de huir, y cayó hasta morir desplomado en la calle, tres pisos más abajo. “No sabemos exactamente si quería saltar al piso de abajo o si resbaló cuando estaba cogido de la barandilla. Nos consta que los mossos no interactuaron físicamente con él, que no hubo contacto físico en ningún momento”, quiso destacar el consejero catalán de Interior, Joan Jané.

Según el comisario jefe de los Mossos, Josep Lluís Trapero, la agente implicada gritó: “¡Quieto! ¿A dónde vas?”. Po no llegó a “tocarle en ningún momento”. Entonces, al hombre se le resbalaron las manos, puede que porque quería apoyarse en un toldo del segundo piso y cayó al vacío. Interior asegura que dos de los vecinos que vieron la operación desde la calle han prestado declaración y han corroborado la tesis policial.

Sin embargo, familiares, amigos y compañeros de la víctima no creen a los Mossos, a los que han denunciado. “Con la Guardia Civil o la Policía Nacional no pasaría esto”, afirmó el hermano del fallecido. La comunidad senegalesa sostiene que hubo fallos en la operación, pide que se aclare la muerte de su compatriota y que se haga “justicia”. Esta última fue la principal reivindicación de los 300 africanos que veinticuatro horas después de la tragedia se concentraron en el centro de Salou. La protesta fue pacífica, aunque la tensión era palpable y se registraron incidentes entre un grupo de manifestantes y algunos vecinos de la zona.

Los altercados raciales del martes han disparado todas las alarmas entre las autoridades de Salou, ciudad que está llena de turistas en estas fechas, por el impacto en la imagen de la localidad. El alcalde recibió a familiares de la víctima y pidió ayuda al cónsul de Senegal para que le ayude a recuperar la “paz social”.