La Policía Nacional destapó una
amplia red en Almería, compuesta
por inmigrantes de Guinea Bisáu
en situación legal en España, que
consiguió regularizar a decenas de
africanos mediante reagrupaciones
familiares simuladas y documentación
falsificada, por lo que cobraban
unos 4.000 euros por persona.
La operación policial sigue en
marcha y anteayer mismo detuvieron
a tres personas más, que se suman
a los 29 arrestados en los últimos
días y a los 20 imputados. La
Policía cree que puedan sumarse
nuevas detenciones y ahora investiga
si la red se extendía a otras
provincias andaluzas.
La investigación comenzó el pasado
mes de mayo, cuando la Oficina
de Extranjería de Almería detectó
importantes irregularidades
en las tarjetas de residencia por
reagrupaciones familiares solicitadas
y aprobadas en los últimos
meses, todas ellas realizadas siempre
por guineanos. Una vez que la
Policía comenzó la investigación
confirmó las múltiples irregularidades
que dieron lugar a la desarticulación
de la red y a las detenciones
practicadas.
Fuentes policiales informaron a
este diario de que una de las personas
detenidas anteayer, un hombre,
había regularizado la situación
de «sus» siete pares de gemelos.
Sin embargo, cuando los
supuestos hermanos fueron llamados
a declarar a la Comisaría, los
agentes quedaron estupefactos
cuando comprobaban que dos personas
que debían ser gemelas,
atendiendo a su documentación,
tenían edades muy diferentes –de
20 y 40 años, por ejemplo– y que
no tenían ningún parecido físico
entre sí.
Otro de los detenidos anteayer
mismo, de unos 40 años, debía tener,
según su pasaporte guineano
–falsificado–, 12 años. La Policía
también se encontró con otros casos
sorprendentes, como el de una
mujer que regularizó la situación
de 22 personas vendiéndoles documentación
falsa guineana que les
acreditaba como sus hijos, aunque
se daba la circunstancia de que algunos
de estos hijos se llevaban
entre sí uno, dos o tres meses. Circunstancias
como estas fueron las
que hicieron sonar las alarmas en
la Oficina de Extranjería.
La red contactaba con africanos
en situación irregular en España
–pasaportes, partidas de nacimiento,
etcétera– para acreditarlos como
sus hijos y, a continuación, pedía
la tarjeta de residencia por reagrupación
familiar para
regularizar su situación en España.
Según la Policía, los documentos
falsos encontrados en poder de
los detenidos son de gran calidad,
aunque quedan en evidencia por
los datos que ofrecen, como los de
las edades de las personas que los
portan, por ejemplo.
Aunque la red está perfectamente
organizada, los investigadores
creen que no existen cabecillas. Los
detenidos, bien compradores de documentos
y falos hijos, bien quienes
los vendían y pedían la reagrupación,
fueron acusados de delitos de
favorecimiento de la inmigración
ilegal y falsedad documental.
La operación fue llevada a cabo
por agentes de la Brigada de Extranjería
y Fronteras de la Comisaría
Provincial de Almería en colaboración
con la Oficina de Extranjería.