Ginebra/ roma – Más de 225.000 inmigrantes han llegado este año a Europa por el Mediterráneo, de los que más de la mitad, unos 124.000, desembarcaron en Grecia, principalmente en las islas de Lesvos, Kos, Quios, Samos y Leros. La aceleración de los desembarcos en Grecia ha sido “sorprendente”, con un aumento del 750% entre el 1 de enero y el pasado 31 de julio, con respecto al mismo periodo del año pasado, precisó el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).

Ayer, la Guardia Costera italiana socorrió frente a las costas de Libia a otras dos barcazas en las que en total viajaban 222 inmigrantes , confirmaron a Efe fuentes portuarias.

Directivos de Acnur han visitado Grecia para evaluar la crisis de refugiados que vive el país. Solo en julio, se han registrado 50.000 nuevas llegadas, 20.000 más que el mes anterior (un aumento de casi el 70%). “Esta emergencia humanitaria está teniendo lugar en Europa y requiere una respuesta urgente por parte de Grecia y de Europa”, dijeron fuentes de Acnur.

La gran mayoría de quienes llegan a Grecia proceden de países en conflicto o donde se cometen violaciones de Derechos Humanos, principalmente de Siria, Afganistán e Irak. Mientras los sirios representan un 63% de todas las llegadas desde principios de año, solo en el mes de julio este porcentaje ha alcanzado el 70% de todas las llegadas, enumeró Acnur.

Paula Farias, coordinadora del proyecto de Médicos Sin Fronteras en el Mediterráneo – que esta semana ha salvado y atendido a refugiados que volcaron en una barcaza en la costa libia – , subrayó ayer que “es lamentable y descorazonador ver cómo se siguen perdiendo vidas en el Mediterráneo. Las cifras y los naufragios ponen de manifiesto la magnitud de la crisis, pero detrás de cada número, de los más de 180.000 rescatados, está la historia de personas que se ven obligadas a emprender una travesía peligrosa en embarcaciones frágiles porque carecen de formas legales y seguras para solicitar asilo y acceder a la protección que necesitan. El sellado de las fronteras terrestres de Europa y las políticas restrictivas de la UE les obligan a poner en riesgo sus vidas”.

Farias, que fue presidenta de MSF hace años, coincide con otras ONG en reclamar “formas seguras y legales para solicitar asilo para estas personas”, así como “la asignación y el aumento de recursos adecuados que permitan mantener las operaciones de localización y salvamento todo el tiempo que estas sean necesarias”. Entre las necesidades, “el establecimiento urgente de condiciones de recepción adecuadas y humanas en los puntos de llegada en Grecia e Italia”. “Es hora de que los países europeos adopten políticas de asilo más humanas”, insistió la ONG.

“Muchos necesitan asistencia médica urgente, agua, comida, cobijo e información. Todos llegan exhaustos. Las infraestructuras de recepción, los servicios y los procedimientos de registro están saturados y muy lejos de cubrir las necesidades reales”, corroboró el director de la Oficina de Acnur para Europa, Vincent Cochetel, añadiendo que “tal nivel de sufrimiento debe y puede evitarse”.

En este sentido, la ONU pidió ayer a Grecia que lidere las acciones frente al aumento de llegadas a sus costas y a Francia que aplique un plan de emergencia ante la situación en Calais. El primer ministro griego, Alexis Tsipras, anunció un plan gubernamental para abordar la crisis migratoria que registra su país, usando instrumentos y partidas europeos.

Por su parte, el papa Francisco recordó ayer a los rohinyá, minoría musulmana birmana: “Los han echado de un país y de otro y de otro, y van por mar. Cuando llegan a un puerto o a una playa, les dan un poco de agua y un poco de comida y los vuelven a echar al mar”, señaló.

La Policía italiana arrestó a cinco presuntos traficantes de inmigrantes ilegales a los que se les relaciona con el mortal naufragio del pasado miércoles frente a Libia, informó el Ministerio del Interior italiano. – C.M.Sacristán/Efe