GIL ARIAS FERNÁNDEZ

«Tenemos dinero suficiente pero ni barcos ni aviones»

DIRECTOR ADJUNTO DE LA AGENCIA EUROPEA DE VIGILANCIA DE FRONTERAS FRONTEX

El Mundo, ALBERTO ROJAS MADRID, 06-08-2015

Gil Arias es hijo de emigrantes españoles y antiguo comisario de policía en Barcelona, donde ya se dedicaba a implantar estrategias contra la trata de seres humanos. Trabajó en la creación del espacio europeo Schengen y en el Ministerio del Interior español y ocupa, desde 2006, el puesto de director adjunto en la agencia Frontex. Desde su cuartel general en Varsovia, habla por teléfono con EL MUNDO mientras recibe información sobre la última tragedia en el Mediterráneo.

Pregunta.– El martes se quejaron de la falta de medios para desempeñar su trabajo. ¿Cuáles serían las condiciones ideales para Frontex?

Respuesta.– El de 2014 y el presente están siendo años excepcionales y requieren de medidas excepcionales. Tras el Consejo europeo del 23 de abril, en el que se acordó triplicar el presupuesto de Tritón y Poseidón, las dos misiones más caras, nuestro problema no es de fondos. Tenemos dinero suficiente, pero no tenemos barcos, aviones y guardias de frontera para hacer efectiva esa inversión. No estamos obteniendo de los Estados miembros una respuesta al nivel de lo que necesitamos.

P.– ¿La razón de esta falta de medios es cierta dejadez por parte de los líderes europeos?

R.– Yo no creo que sea ésa la razón. Lo que hay es una descoordinación entre los políticos y los medios operativos. Los ministros, cuando se reúnen en Bruselas, analizan las necesidades de la agencia en virtud de los flujos migratorios. Luego, cuando pedimos esos medios a las fuerzas del orden (Guardia Civil y Policía, en el caso español) no conseguimos que la respuesta de estas instituciones esté a la altura del compromiso (o supuesto compromiso) político.

P.– ¿Cree que con la privatización de los servicios de vigilancia de Frontex la inmigración puede ser un gran negocio?

R.–Si hacemos uso de los servicios privados en la proporción que tenemos prevista, no lo creo. Los servicios de vigilancia aérea privados son, en proporción a los recursos de los Estados miembros, pequeños. Esperemos que nuestros socios pongan a nuestra disposición barcos, aviones y personal suficiente para que la parte privada sea poco significativa.

P.– ¿No cree que el modelo de Frontex, viendo el incremento de las muertes en el Mediterráneo, debería tender hacia el salvamento, como era la operación Mare Nostrum?

R.– El problema es que el mandato de Frontex no es de salvamento marítimo, sino de control fronterizo. En nuestras operaciones, se realizan rescates en las áreas que tenemos asignadas. Me resisto a comparar Mare Nostrum y Tritón. La primera era de salvamento y de carácter militar. La nuestra es de vigilancia y de carácter civil. Los rescates los hacemos porque es una obligación moral y una prioridad absoluta para nosotros. Nuestros barcos abandonan a diario su labor de patrulla fronteriza para rescatar gente. Eso no significa que esta operación sea de rescate.

P.– Entonces, para poner el foco en el salvamento habría que cambiar el mandato…

R.–Si quieren que Frontex ponga el foco en los rescates de manera prioritaria, pues sí, habría que cambiar el mandato.

P.– Son más de 2.000 muertos en el Mediterráneo en 2015 . ¿Cree que la labor de Frontex puede calificarse de fracaso?

R.–Lo triste no son sólo las muertes. La inmigración es un drama. Siento una gran desazón por la situación que estamos viviendo. Dentro de nuestro mandato, hacemos todo lo posible por resolver estas tragedias. No consideramos que estemos fracasando. Los objetivos se cumplen y son valorados por las instituciones en Bruselas y los Estados miembros. Pero podemos hacer mucho más.

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