Un inmigrante de 27 años, de origen marroquí y que responde a las iniciales N. M., murió el domingo cuando intentaba acceder a la Península escondido en una maleta. El hombre pasaba de Melilla a Almería en el coche de su hermano, residente en Francia, que cruzaba el Mediterráneo en un ferri. Los dos magrebíes querían llegar a ese país. Cuando el buque estaba a punto de alcanzar el puerto andaluz, el propietario del coche descubrió que su hermano estaba asfixiado. Llevaba más de cinco horas oculto y no pudieron reanimarle. Apenas faltaban unos minutos para llegar al puerto de Almería, cuando la tripulación del Sorolla recibió la primera voz de alerta. Un ciudadano marroquí, A. M., de 34 años, subió a todo correr desde la bodega del buque. Llegó hasta al hall de información y avisó inmediatamente, asustado, al personal: su hermano N. M., de 27 años, parecía haberse asfixiado en el interior de una maleta, donde permanecía escondido desde que embarcaron cinco horas y media atrás. El hombre iba dentro del maletero del vehículo con el que intentaba entrar de forma irregular en la Península. En plena tarde de agosto del domingo. En un punto del Mediterráneo donde se alcanzaron temperaturas máximas de 32 grados.
/ CARLOS BARBA (EFE)
El ferri que viajaba de Melilla a Almería donde murió el inmigrante que iba en una maleta.
“El joven también presentaba síntomas de deshidratación”, explican fuentes policiales, que detallan cómo las fuerzas de seguridad certificaron la muerte del inmigrante en el mismo barco. “Se había asfixiado después de tantas horas escondido y con tanto calor. El médico no pudo hacer nada”, detallan varios testigos, informa Toñy Ramos. La Guardia Civil, a cargo de la investigación, detuvo al hermano, de origen marroquí y pasaporte francés. El arrestado vive y trabaja en ese país europeo. “Por ello, una de las principales hipótesis es que, una vez en Almería, continuaran su viaje hasta Francia”, subrayan fuentes del instituto armado.
Los hermanos habían subido al Sorolla, con capacidad para 900 pasajeros y 330 vehículos, cuando apenas faltaban unos minutos para las tres de la tarde. Montado en su BMW, en plena Operación Paso del Estrecho, el arrestado pasó los controles de acceso al buque —donde inspeccionan la documentación y el interior de los coches con perros antidroga—.
Homicidio imprudente
Condujo hasta la bodega y aparcó antes de dirigirse hacia la zona de pasajeros, según detallan fuentes policiales. “Durante el trayecto, nadie se queda en el área reservada para los automóviles. Solo si algún viajero necesita acceder para coger algo, puede pedir permiso al personal y entrar. Pero siempre acompañado por alguien de la tripulación”, precisa Trasmediterránea, la compañía que gestiona la línea. Cuando faltan unos 20 minutos para llegar a puerto, los viajeros pueden volver a acceder a sus vehículos. Es entonces cuando el detenido encontró a su hermano. Asfixiado. “Tras avisar a la tripulación, los servicios sanitarios del barco intentaron reanimarlo en el mismo buque. Pero no lo consiguieron”, detallan fuentes de la Guardia Civil, que acusa al conductor de un delito de homicidio imprudente. El hombre permanecía ayer en la Comandancia de Almería, a la espera de pasar a disposición judicial.
Cada puerto establece sus controles. En Melilla, los agentes centran sus esfuerzos en descubrir inmigrantes irregulares y drogas. Los controles son aleatorios y selectivos, ya que “resulta imposible” comprobar todo el tránsito. Sobre todo, en plena Operación Paso del Estrecho, que empieza en junio, cuando miles de inmigrantes de Europa cruzan la Península hacia Marruecos. Y, luego, de vuelta. “Estamos en días de alta ocupación”, resalta la naviera, mientras continúan en Almería las colas para atravesar el Mediterráneo. Allí, a solo unos metros del muelle donde se levantó el cadáver, 200 personas esperaban ayer el buque que partía a las ocho de la tarde a Nador. Los adultos mataban las horas y los niños jugaban a la pelota. Descalzos. Con camisetas del Barça. A su lado, coches llenos hasta los topes.

El viaje de Taza a Dijon
El hermano del fallecido se encuentra “hundido”, explicaron ayer fuentes de los servicios portuarios, que relataron cómo los dos hombres empezaron su viaje en Taza, una ciudad del interior de Marruecos, a unos 120 kilómetros de Fez. Ambos se dirigían a Dijon, una localidad francesa próxima a Suiza. Además, varios de sus familiares ya se habían desplazado ayer hasta Almería. El coche, intervenido por los agentes, permanecía ayer en el puerto de la ciudad.