El secretario general de Sanidad, Rubén Moreno, advirtió ayer a gobiernos regionales como el de la Comunitat, que han instaurado una tarjeta para los inmigrantes del riesgo de volver a abrir la puerta al «turismo sanitario», que costaba a España mil millones de euros anuales y al que puso coto la reforma sanitaria. En una entrevista concedida a RNE avisó a las comunidades autónomas que sí dan una tarjeta sanitaria a los inmigrantes ‘sin papeles’ también se les tiene que dar a los ciudadanos de otros países europeos y, de esta forma, se volverá al turismo sanitario que «tantos problemas» generó a España.

En este punto recordó que antes del Real Decreto la Comisión Europea denunció a España porque había Comunidades Autónomas que «no querían» dar las mismas tarjetas a un paciente de Senegal que a un alemán, cuando tienen el «mismo derecho» por la Ley de Extranjería. «Aquello nos hubiera supuesto una multa multimillonaria y asumir el tratamiento de todo el mundo y, ni España ni cualquier otro país se puede permitir eso».

Moreno, que fue subsecretario de la Conselleria de Sanidad de la Comunitat Valenciana entre los años 1997 y 2000, aseguró ayer que la atención sanitaria en igualdad de condiciones que los residentes a los 185.000 inmigrantes irregulares que tienen derecho por ser menores de edad o mujeres embarazadas cuesta 244 millones de euros, «que pagamos entre todos». Moreno explicó que el objetivo es abordar «de la mejor manera posible» la asistencia sanitaria al resto de los «sin papeles» que se quedaron fuera de la atención primaria a raíz de la aprobación del real decreto de reforma sanitaria en 2012.

Mientras, el Gobierno valenciano celebró ayer un acto para hacer pública la entrada en vigor del decreto ley por el que se regula el acceso universal a la sanidad pública.