SORAYA MELGUIZO ROMA ESPECIAL PARA EL MUNDO

El Papa pone cara a la desigualdad

Denuncia en Turín que «los inmigrantes son víctimas de la economía de descarte»

El Mundo, , 22-06-2015

«Los pobres son víctimas de la falta de igualdad de nuestra economía. Duele ver en estos días personas que son tratadas como mercancía». Con este mensaje el Papa Francisco denunció ayer, durante su viaje a Turín, las consecuencias de la crisis económica que genera «desigualdad» y «violencia». El Pontífice visitó esta ciudad en el norte de Italia con motivo de la ostensión de la Sábana Santa y del bicentenario del nacimiento de Don Bosco. Pero la visita del Pontífice, que concluye hoy, tiene también un marcado carácter social. Durante un encuentro con representantes del mundo del trabajo, Francisco advirtió: «La inmigración aumenta la competición pero no culpabilicemos a los migrantes porque ellos son víctimas de la falta de igualdad, de esta economía que descarta y de las guerras».
Turín, polo industrial por excelencia en la Italia de los años 70 y 80, es una de las ciudades italianas más castigadas por la crisis. Aquí nació Fiat, símbolo de la industria transalpina del automóvil, donde han trabajado durante décadas familias enteras que emigraron del sur del país. Pero cuando la gran empresa automovilística, fundada por la familia Agnelli, entró de nuevo en crisis hace varios años –y fue salvada por el Gobierno italiano con dinero público– el nuevo administrador delegado, Sergio Marchionne, presentó un ambicioso plan de reestructuración que incluía el cierre de algunas fábricas y despidos masivos.

Por eso, cuando ayer Marchionne saludó al Papa antes de su discurso en la plaza Real de Turín, sonaron silbidos de desaprovación. Se trataba de un encuentro con el mundo del trabajo y por eso Marchionne estaba sentado en primera fila, junto al alcalde de la ciudad, Piero Fassino. Pero Francisco, que ha demostrado ser poco cómplice de grandes empresas y gobiernos, sentó también en primera fila a tres personas anónimas. Tres víctimas de la crisis que explicaron su situación: un pequeño empresario textil que se resiste a producir fuera de Italia, un agricultor y una trabajadora con dos hijos y un marido en paro.

Después de escuchar el relato de los tres torineses, el pontífice recordó como con la crisis «han aumentado las desigualdades económicas y sociales» e instó a que la sociedad colabore para que haya trabajo digno para todos: «Más del 40% de los jóvenes está desempleado», denunció. Francisco animó a los fieles concentrados en la plaza y las calles de alrededor a decir «no a una economía que pide resignación ante la exclusión de aquellos que viven en la pobreza más absoluta. No a la idolatría del dinero, que hace que unos pocos se enriquezcan con la crisis a costa de otros muchos que se empobrecen hasta llegar a pasar hambre. No a la mafia, a los engaños y a la corrupción, tan difundida que parece algo normal». «Sólo uniendo las fuerzas –señaló Bergoglio– podremos decir no a la desigualdad que genera violencia. Don Bosco nos enseña que el mejor método es el de prevenir, también el conflicto social, y esto se hace con justicia», concluyó.

Más tarde, concluido el encuentro con los representantes del mundo del trabajo, el Pontífice argentino se dirigió a la catedral de Turín para rezar ante el Santo Sudario, que estará expuesto hasta el próximo 24 de junio. El Pontífice dedicó varios minutos en silencio a rezar frente a la Sábana Santa con la mirada concentrada en la tela que, según la tradición, envolvió el cuerpo de Jesús. «La Síndone atrae hacia el cuerpo torturado de Jesús y, al mismo tiempo, impulsa hacia el rostro de cada persona que sufre y que es injustamente perseguid», dijo el Papa tras la celebración de la misa en la plaza Vittorio.

Este lunes el Pontífice se reunirá en un encuentro estrictamente privado con parte de su familia italiana. Precisamente en Turín nació Mario Bergoglio, el padre del líder de la Iglesia católica, que emigró a Argentina en 1929. Y hasta aquí llegarán hoy algunos familiares del Pontífice desde Portacomaro, el pueblo de orígen de la familia Bergolio.

LAS PRIORIDADES DE FRANCISCO
Los excluidos. Francisco almorzó con una familia de etnia gitana que hasta hace pocos meses vivía en un campo nómada a las afueras de la ciudad, cinco inmigrantes residentes en Italia y un grupo jóvenes que viven en un reformatorio.

Los enfermos. Más tarde durante su visita a la Iglesia de Cottolengo, el Papa se reunió en privado con enfermos, ancianos y discapacitados, y denunció «la difusión de la cultura del descarte» que considera que las vidas de estas personas «no son dignas de ser vividas».

La familia. Saltándose el protocolo, visitó la Iglesia de Santa Teresa, donde fue bautizado su padre, Mario Bergoglio. «Soy nieto de esta tierra», dijo recordando sus orígenes piemonteses.

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