Sarkozy compara el flujo de inmigrantes con una fuga de agua

El Periodico, EVA CANTÓN / PARÍS, 19-06-2015

A Nicolas Sarkozy no le gusta la idea de Bruselas derepartir a los refugiados que huyen de la guerra entre los países miembros de la Unión Europea. Eso no sorprende demasiado en alguien que cree que Europa no puede acoger más inmigrantes al ser incapaz de integrar a los que ya están en su territorio.

Lo que sí ha provocado una gran conmoción es el controvertido símil que el expresidente francés eligió ayer durante un acto de su partido para hablar de un fenómeno que se hacobrado miles de vidas en el Mediterráneo. En un tono irónico que rozaba la burla, comparó los flujos migratorios con una fuga de agua.

Es como si en una casa se rompe una cañería y el agua se vierte en la cocina. El encargado de repararla llega y dice tener una solución: vamos a dejar la mitad en la cocina, poner un cuarto en el salón, otro cuarto en la habitación de los padres y, si no es suficiente, nos queda la habitación de los niños, dijo.

Sus palabras han desatado las críticas de toda la clase política, desde la izquierda hasta la extrema derecha. Sólo su partido, Los Republicanos, permanece callado. La vida política se merece algo mejor que esas frases estigmatizadoras y que no están al nivel, ha dicho el primer ministro, Manuel Valls.

Avec #Sarkozy, cest la #République qui prend leau. #Humour #GéopolitiquePourLesNuls pic.twitter.com/8rB5dnNq8a

Pedagogía vulgar que ni los franceses ni los inmigrantes necesitan, según el secretario de Estado de relaciones con el Parlamento, Jean Marie Le Guen. Para el jefe de filas de los diputados socialistas, Bruno Le Roux, el nuevo sketch de Sarkozy es una muestra de que la risa gruesa acompaña la xenofobia.

Política de la alcantarilla, resume Pascal Durand, del grupo Ecologista. Y en Twitter el líder del Frente de Izquierdas, Jean Luc Mélechon, tira de ironía: Es una suerte: Si Sarkozy tiene una fuga en el cerebro no la tiene en otros sitios.

En la misma red social, el secretario nacional del Partido de Izquierda, Alexis Corbière, lleva al extremo la comparación del fontanero y dice que Sarkozy es menos divertido que Súper Mario y sin bigote. También se pregunta si el ex presidente quiere convertirse en el fontanero lepenista de la Europa liberal.

Incluso el vicepresidente del Frente Nacional, Florian Philippot, aprovechó la polémica para echarle en cara al antiguo presidente su política migratoria. Si la inmigración es un gran fuga de agua, como dice Sarkozy, él es uno de esos falsos fontaneros que nos ha puesto una tubería reventada, le espetó el número dos de la formación ultraderechista.

Por supuesto, también los internautas navegan entre el estupor y la indignación, sobre todo teniendo en cuenta el número de inmigrantes muertos intentado llegar a las costas europeas.

Así, un sociólogo de la Universidad de París trata a Sarkozy de pirómano republicano y le pregunta con ironía si los fallecidos en el Mediterráneo son un desperfecto provocado por el agua.

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