La mayoría de los 150 inmigrantes que se encuentran en una escollera del pueblo italiano de Ventimiglia, en la frontera francesa, permanecen tumbados sobre las rocas y guardan ayuno con motivo del ramadán, que comienza este jueves.Los inmigrantes , mayoritariamente musulmanes y procedentes de países africanos como Eritrea e Sudan del Sur, se encuentran tumbados sobre la escollera y se protegen del sol bajo lonas y tiendas que han dispuesto a primera hora de la mañana.

Como cada día desde que comenzó la acampada, hace una semana, la Cruz Roja y algunos voluntarios colocaron un puesto en la zona para repartir el desayuno, si bien este jueves, al contrario que en los días anteriores, nadie acudió a recogerlo. Y es que el ramadán establece la obligación de practicar ayuno desde el alba hasta el ocaso y uno de los temores de los organismos humanitarios es que puedan padecer problemas de salud al no poder comer o beber en toda la jornada, que se presenta muy calurosa.

Sobre las rocas puede verse a personas rezando mientras que otros se preparan para la oración lavándose con agua limpia que han recibido por parte de los voluntarios en los últimos días.

Además de recibir asistencia por parte de Cruz Roja, Caritas, Unicef y los salesianos, también se ha desplazado a la zona cooperantes de una asociación musulmana francesa guiada por el imán de Niza, Samy Boubakri.

Boubakri, además de repartir víveres, preside los ritos en una rotonda próxima a la escollera y en los que participan decenas de personas. Los inmigrantes están en una zona cerca del puente San Ludovico, a trece kilómetros del caso urbano de Ventimiglia y a escasos metros de la frontera gala. Lo hacen para protestar contra la decisión unilateral de las autoridades galas de establecer controles más severos y de prohibir el paso a quienes no cuenten con un permiso legal de permanencia en la Unión Europea.