La Guardia Civil detuvo a 33 personas que supuestamente integran una red dedicada al tráfico de hachís, que financiaba dicha actividad ilegal con los beneficios que obtenían por introducir inmigrantes en España desde Marruecos ocultos en camiones. La operación Almina, fue desarrollada en Cádiz y Málaga y se saldó con la intervención de casi cuatro toneladas de hachís y la incautación de tres embarcaciones, vehículos y otros efectos valorados en 7 millones de euros.

Los acusados son españoles, marroquíes, belgas y colombianos, pertenecientes a una red que estaba estructurada en varios grupos sin vinculación entre ellos y con cometidos diferenciados, a fin de poder continuar con sus actividades en el caso de que alguna de las células fuera descubierta. Tras varias pesquisas, que se prolongaron durante más de un año, los agentes comprobaron que la organización trasladaba el hachís mediante un barco nodriza desde las costas africanas a alta mar, desde donde lo transportaban a otras pequeñas embarcaciones de la red.

Ya en estas últimas, la mercancía llegaba a puertos españoles y desde allí se evacuaba a naves o locales donde otro grupo se encargaba de su custodia hasta que era comercializada en España o en el resto de Europa. En la operación fueron detenidos todos los integrantes de la organización y se registraron varios domicilios en las provincias de Málaga y Cádiz, donde se intervinieron 3.810 kilos de hachís, 46.000 euros en efectivo, vehículos, tres embarcaciones, un arma de fuego y empaquetadoras al vacío usadas para empaquetar hachís.