«Existe el riesgo de que los yihadistas lleguen a España ocultos en pateras, camuflados como inmigrantes ilegales». Así lo expuso ayer un alto mando de la Guardia Civil durante unas jornadas sobre Seguridad en el Medio Marítimo celebradas ayer en Valencia y que reunieron a numerosos miembros de las fuerzas de seguridad.

Organizadas por el Instituto de Estudios Estratégicos e Internacionales de la Universidad Católica, las charlas abordaron los principales medios y proyecciones de futuro de la Benemérita en su vigilancia de costas y, en general, la seguridad y salvamento en el mar.

El comandante Vicente Corral, miembro del Estado Mayor del Mando de Operaciones de la Guardia Civil fue quien se refirió a la posible presencia de radicales islamistas entre las embarcaciones con inmigrantes ilegales como uno de los nuevos riesgos en la lucha contra el terrorismo en el medio marítimo.

Corral abordó las líneas estratégicas en el despliegue operativo de la Guardia Civil. Destacó también «la cooperación entre todos los agentes que operan en el mar» como clave para la lucha contra las redes de tráfico de droga e inmigración. E incluso incorporó a las «navieras comerciales» como colaboradoras con las fuerzas de seguridad por su constante presencia en el mar.

«Siria, el tráfico de drogas, fundamentalismo religioso y yihadismo, pobreza y hambre en África… Ninguna frontera puede contener esos problemas», expuso el alto mando de la Benemérita, al tiempo que destacó el nuevo repunte de la inmigración ilegal hacia España tras años de descenso por la crisis.

Y marcó un reto de futuro: buscar enlaces vía satélite para compartir información con países del norte de África sobre movimientos sospechosos o emergencias en el Mediterráneo, algo que ya ocurre con naciones africanas, pero con su litoral en la franja atlántica. Además, destacó la importancia de «destruir las embarcaciones que se dedican a la inmigración ilegal y de atajar las mafias de tráfico de seres humanos antes de que operen».

El teniente coronel Bernardo Baldanta abordó la importancia de las aeronaves en el control de drogas e inmigración. Y alertó de una tendencia: «El creciente uso de aviones, helicópteros y hasta ultraligeros por parte de narcotraficantes». Puso el punto crítico en las vacantes de pilotos que no se cubren o en la vejez de algunos de los aparatos de la Benemérita. «Hay alguno del 85», criticó. Según expuso, la Guardia Civil ya está realizando los primeros ensayos con drones para la vigilancia marítima, pero todavía no se han empleado en misiones reales «a falta de una legislación».

El capitán Luis Bernardo San José, jefe del Centro Regional de Vigilancia Marítima, abordó las nuevas herramientas tecnológicas de la Guardia Civil. Entre ellas, destacó los dos radares SIVE de Valencia, las cámaras de largo alcance y visión nocturna o los nuevos sistemas para detectar inmigrantes ocultos en vehículos a través de la frecuencia cardiaca o incluso la respiración.