Cáritas ayudó el año pasado en Gipuzkoa a 29.834 personas, el doble que al inicio de la crisis

La oenegé constata una «estabilización» de la situación dentro de la precariedad»

Diario Vasco, ANE URDANGARIN | SAN SEBASTIÁN, 04-06-2015

Como todos los años, en vísperas del Corpus Cáritas Gipuzkoa ha presentado la memoria de actividad del año pasado, un termómetro que permite medir la realidad social y que, durante los últimos años de crisis, ha reflejado cómo crecía la pobreza entre los ciudadanos, que se veían obligados a recurrir a la oenegé de la Iglesia para cubrir sus necesidades básicas. Según ha explicado el director de Cáritas, José Ramón Aramendi, el año pasado asistieron a 29.834 personas, 528 personas más que el año pasado. A pesar de este ligero incremento, constatan una “estabilización” de la situación, ya que en los últimos tres años la cifra se ha situado en torno a los 29.000, sin los grandes incrementos que se venían registrando en años anteriores. “Estabilización y también cronificación”, ha señalado Aramendi, subrayando la situación que viven, por ejemplo, “personas que perdieron empleo y que llevan ya años sin poder encontrar un trabajo. Aunque la crisis llegó más tarde a Gipuzkoa hay ciudadanos que llevan años desempleados” y cuyo acceso al mercado laboral es más difícil, como pueden ser los que han superado los 50 años.

Otro de los perfiles que más atienden, además de los colectivos que tradicionalmente han sufrido la exclusión social, como los inmigrantes , son las familias con hijos pequeños, “bien mujeres solas con hijos a cargo o parejas jóvenes con niños”.

Por parroquias, las que cuentan con más personas beneficiarias son: Donostia (5.001), Irun (2.995), Tolosa (2.581) y Ordizia/Zumarraga (2.140). Respecto a la tendencia, el director de Cáritas ha explicado que las zonas con mayor incremento de beneficiarios en los últimos años han sido Azpeitia, Errenteria, Zumarraga y Ordizia.

Cáritas repartió el año pasado 2,7 millones en ayudas monetarias para subsistencia y vivienda en Gipuzkoa, gracias en buena parte a las donaciones que realizan los guipuzcoanos, cuya “solidaridad y generosidad” se ha destacado, “por su disposición a ayudar no solo con dinero, sino con su tiempo o aportando su conocimiento”. La oenegé, que el 75% de su presupuesto son fondos propios, cuenta con 1.0005 voluntarios. El 25% de los fondos provienen de la Diputación Foral “donde han sido muy cercanos”, agrade Aramendi.

También se ha recordado el informe Foessa Euskadi, de la fundación para el fomento de los estudios sociales y de sociología aplicada de Cáritas. El año pasado se presentó su primer informe específico con datos del País Vasco, según el cual se estima que hay 138.000 hogares (unas 360.000 personas) que se encuentran en situación de exclusión social. Supone un 16,6% de la población. El desempleo y la falta de acceso a la vivienda son los factores de riesgo más poderosos para caer en el espacio de la exclusión. El delegado-consiliario Xabier Andonegi ha alertado de la falta de “cohesión social, de aislamiento social” que ha detectado el informe en Euskadi, que afecta significativamente a las personas pertenecientes a hogares en situación de exclusión y grave exclusión.

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