crisis de desplazados

Vidas a la deriva

El mundo vive una crisis de desplazados solo comparable a la que se dio durante la II Guerra Mundial. Sin embargo, lejos de abordar un debate profundo de la situación, la comunidad internacional se limita a poner parches.

Diario de noticias de Alava, Un reportaje de Marta Martínez, 25-05-2015

El mundo vive una crisis de desplazados equiparable solamente a la que tuvo lugar durante la Segunda Guerra Mundial. Al término de aquella cruenta batalla, la comunidad internacional creó un sistema para proteger a quienes se veían obligados a abandonar sus hogares y aprobó el Estatuto del Refugiado (1951). Hoy, 64 años después, el mundo se encuentra ante una nueva encrucijada: dar protección a 50 millones de personas desplazadas, 16 de ellas fuera de sus Estados. Las causas de este éxodo masivo son una combinación de factores: conflictos armados en 2014 se registraron 42 guerras civiles, insurrecciones y otros enfrentamientos que causaron 180.000 muertos, con Siria y sus 70.000 fallecidos a la cabeza, seguido de Irak, 18.000, y México, 15.000, deterioro de la situación de la seguridad o humanitaria por ejemplo, el éxodo de menores centroamericanos no acompañados que llegaron el año pasado a Estados Unidos y que llenaron titulares de prensa y violaciones a los derechos humanos en varios países como Eritrea o la situación de la minoría rohingya en Myanmar que el mundo entero ha podido conocer este mes.

Pero ha sido, principalmente, la guerra civil siria, la mayor crisis humanitaria de este siglo, la que ha disparado las cifras de refugiados. Desde que comenzó el conflicto en 2011, unas 11 millones de personas han tenido que abandonar sus hogares y la respuesta de la comunidad internacional, por el momento, es más bien precaria. “El Consejo de Seguridad de la ONU había eludido reiteradamente abordar la crisis de Siria en años anteriores, cuando aún se podían haber salvado innumerables vidas. Esa inacción continuó en 2014. Durante los últimos cuatro años han muerto 200.000 personas, en su gran mayoría civiles, y principalmente en ataques de las fuerzas gubernamentales. Alrededor de cuatro millones de personas procedentes de Siria son ahora refugiados de otros países y más de 7,6 millones se encuentran desplazadas dentro de Siria”, explican desde Amnistía Internacional.

El 97% de los refugiados sirios se concentran en los países vecinos por ejemplo, en Líbano, representan un 25% de la población total del país y el resto vagan por Libia, Argelia o Marruecos con el objetivo de alcanzar Europa. Desde enero y hasta la primera semana de mayo llegaron a Italia, Grecia, España y Malta 62.500 personas en barco, un tercio de ellas sirias.

Asimismo, cada vez son más los que, tratando de evitar las peligrosas rutas marítimas del Mediterráneo, optan por volar a Argel que por el momento no pide visados y tratar de cruzar al viejo continente por tierra; en concreto, por la frontera entre Marruecos y Melilla. En lo que va de año han llegado a esta comunidad más de 3.000 personas procedentes de Siria, la misma cantidad que en todo el año pasado y muy por encima de la de 2013 (231) y 2012 (1). En la actualidad, el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes de Melilla, con capacidad para 480 personas, acoge a unas 1.600 personas, 1.300 de ellas sirias y 500, menores. El objetivo de la gran mayoría de estos refugiados no es España, ni mucho menos, sino Alemania o Suecia.

Son muchas las familias que viajan con hijos, pero también cada vez son más los menores que lo hacen solos por estas escalofriantes rutas. Los expertos aseguran que el número de menores que cruzan el Mediterráneo clandestinamente se ha triplicado e, incluso, Save de Children ha advertido de que 2.500 podrían morir ahogados este año si no se da una solución ya al problema. Pero este drama no es exclusivo de la población siria. De las 62.500 personas que han cruzado el Mediterráneo este año, una de cada diez era afgana y otra, eritrea.

Peticiones de asilo Las cifras de refugiados no han hecho más que crecer en los últimos años. En 2014 se registraron 866.000 solicitudes de asilo individuales 269.000 más que el año anterior en los 44 países industrializados que proporcionan actualmente estadísticas mensuales sobre asilo a ACNUR. Entre ellos están los 28 países de la Unión Europea, que recibieron 570.800 solicitudes, 396.700 más que en 2013. Alemania es el mayor receptor del mundo industrializado de refugiados, en su mayoría sirios, eritreos, así como ciudadanos de Serbia y Kosovo. Pero también el sur de Europa ha alcanzado la mayor cifra de la que se tiene constancia: 170.000. Italia y Turquía se encuentran como destino principal en esta región.

La crisis creada en el Mediterráneo a causa de la salida masiva de refugiados desde las costas libias esta misma semana, más de 900 personas fueron rescatadas en un solo día cuando viajaban a bordo de tres atestados barcos rumbo a Europa ha movilizado a las instituciones de la Unión Europea, que hasta ahora había tratado por obviar el problema. Sin embargo, las propuestas de los 28 no terminan de convencer a los expertos en la materia, que piden una acción contundente para abordar esta crisis humanitaria sin precedentes en nuestros tiempos.

Para empezar, la Unión Europea fulminó en noviembre de 2014 el exitoso plan de rescate italiano Mare Nostrum, que salvó la vida de unas 100.000 personas en el mar, y lo sustituyó por la Operación Tritón, un programa con un presupuesto mucho menor y dedicado, principalmente, al control fronterizo, no al rescate. En segundo lugar, se enfrascó en debates sobre un mayor control de las fronteras con propuestas como la destrucción de los barcos de los traficantes de personas y un aumento de los niveles de eficacia en las deportaciones en caliente, presumiblemente a países de tránsito como Libia.

Ahora, la UE debate un sistema de cuotas para repartirse un máximo de 20.000 refugiados entre los países miembro, un plan que por el momento rechazan España, Francia, Reino Unido, Polonia y Hungría. También se ha comprometido a triplicar la financiación de la Operación Tritón, eso sí, sin que siga siendo una misión de rescate en aguas del Mediterráneo. En cambio, lo que no está teniendo lugar es un debate profundo sobre esta crisis de desplazados sin precedentes en tiempos modernos. No hay propuestas para evitar más muertes ni mucho menos para abordar una reforma del actual sistema de asilo, que, básicamente, obliga a los refugiados a emprender estas rutas de la muerte para solicitar refugio.

El próximo 20 de junio se celebra el Día Internacional del Refugiado, una jornada para llamar la atención del mundo ante la mayor crisis humanitaria de nuestros días.

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