El drma de la inmigración
La UE da vía libre a su misión militar contra las mafias de traficantes
Los Veintiocho seguirán buscando el aval de la ONU para intervenir en aguas territoriales libias durante catorce meses
Diario de noticias de Alava, , 19-05-2015bruselas – Todavía quedan muchos flecos pendientes por aclarar, como la base legal que dará cobertura internacional a la misión o qué hacer con los inmigrantes rescatados frente a las costas de Libia, pero la nueva operación naval militar contra las mafias de traficantes en el mediterráneo ya tiene vía libre de la Unión Europea. Los ministros de exteriores y de defensa de la UE, tal y como pidieron hace un mes los jefes de estado y de gobierno de los 28 a raíz de la muerte en menos de un mes de un millar de personas, dieron luz verde a una misión que tendrá como objetivo “desmantelar el modelo de negocio de los contrabandistas y las redes de traficantes”. La UE asegura que empleará “todas las medidas necesarias” para deshacerse de las embarcaciones utilizadas por las mafias.
Según la decisión adoptada ayer, el cuartel general de la nueva operación, denominada EUNAVFOR MED, estará en Roma y será dirigida por el contraalmirante Enrico Credendido, inicialmente por una duración de catorce meses y con un presupuesto de casi 12 millones de euros para los gastos conjuntos. Se trata de la misión más ambiciosa, tanto política como operativamente, que ponen en marcha los Veintiocho en el mediterráneo y constará de varias fases. La primera estará dedicada a recabar información para identificar a miembros responsables del tráfico de seres humanos, lo único para lo que no necesitarán el aval de las Naciones Unidas.
Tampoco, en principio, para la primera parte de la segunda fase que es abordar, inspeccionar e incautar embarcaciones sospechosas de trafico de personas y contrabando en aguas internacionales. En caso de querer hacer eso mismo en aguas territoriales de Libia los europeos sí tendrán que contar o bien con el aval del Consejo de seguridad de Naciones Unidas o bien con una petición expresa del gobierno legítimo libio, algo hoy por hoy muy difícil de conseguir dada la situación de estado fallido. Y lo mismo en caso de que quieran utilizar “todas las medidas posibles” para inutilizar las embarcaciones o los activos relacionados porque previsiblemente requerirá de actuaciones en aguas territoriales libias o de países vecinos.
Aunque la alta representante para la política exterior, Federica Mogherini, volvió a reiterar ayer que no habrá despliegue de tropas sobre el terreno, esta fase tres podría requerir alguna operación especial de ahí, según explicó el ministro español, José Manuel García Margallo, que será necesaria una nueva decisión de los jefes de la diplomacia europeos sobre una eventual activación de la fase tres. “Hemos insistido en disponer de una base legal para cada etapa del camino y también ser capaces de controlar cada uno de los pasos”, según explicó la titular de exteriores sueca, Margot Wallström.
La misión no se lanzará operativamente hasta la reunión del Consejo de ministros de exteriores del próximo 22 de junio aunque podría retrasarse en función de las negociaciones que siguen en marcha en el consejo de seguridad de Naciones Unidas. La propia Mogherini acudió a este foro la semana pasada a explicar la situación en el mediterráneo y a exponer los detalles de la operación que quieren poner en marcha y ahora es Reino Unido quien intenta impulsar una resolución que de el aval y la cobertura de la ONU a la misión.
Deshacer en vez de destruir De ahí quizás que el texto adoptado ayer ya no hable de “destruir” embarcaciones sino de deshacerse de ellas algo mucho más suave si se quiere superar las reticencias de países como China o Rusia. “El punto fundamental no es tanto la destrucción del barco sino la destrucción del modelo de negocio de los traficantes y hacer que sea imposible para las organizaciones criminales beneficiarse de la desesperación de la gente y reutilizar los barcos”, defendió Mogherini, sobre el por qué de este cambio. De hecho, el objetivo central de la misión es ese: desmantelar el modelo de negocio de las redes que trafican con seres humanos en el mediterráneo central por medio de esfuerzos sistemáticos para identificar, capturar y disponer de los barcos y medios utilizados o sospechosos de ser utilizados por traficantes de acuerdo con la legislación internacional. “Se puede poner fuera de su uso, neutralizar por ejemplo destruyendo los motores de estos barcos”, precisó el secretario de estado francés, Harlem Desir, que insistió en que será la ONU quien marcará los límites de la operación.
A la espera de definir el área de operaciones y lanzar oficialmente la misión, hay varios países que ya han mostrado su disposición a seguir colaborando en el mediterráneo como Irlanda, Francia, Alemania o Reino Unido. España, no obstante, es de los pocos que han precisado la dotación que está dispuesta a comprometer. Según el ministro García-Margallo, un buque con helicóptero y un avión de reconocimiento aunque dependerá de las necesidades. También el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, anunció la disposición de la Alianza Atlántica a “colaborar” si reciben una petición. El dirigente noruego también se refirió al problema que supone la infiltración de terroristas que podrían esconderse entre los inmigrantes que intentan llegar a Europa.
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