Donostia – Las políticas sociales no han sido capaces de sacarles del atolladero en el que se encuentran. Menores, familias monoparentales encabezadas por mujeres y, con especial crudeza, inmigrantes , conforman tres grupos de riesgo que se deslizan sin solución de continuidad hacia la exclusión. En Gipuzkoa hay 111.000 personas, el 15,6% de la población, bajo el umbral de la pobreza, especialmente adversa para 38.000 habitantes, que soportan sus efectos más severos.

Son personas que deben manejarse en el día a día con menos de 568 euros al mes. En el caso de parejas con menores a su cargo, los ingresos familiares no superan los 1.200 euros, una situación económica asfixiante que corre el riesgo de lastrar el futuro de un 5,4% de la población guipuzcoana – un punto porcentual más que en 2012 – , según el avance de los datos ofrecidos ayer, relativos a la Encuesta de Pobreza y Exclusión Social de 2014.

El informe, presentado por el diputado de Política Social, Ander Rodríguez, y la directora de Planificación e Inversiones, María del Rio, no ofrece demasiados motivos para la alegría. Si bien se constata que ha descendido levemente – en un punto porcentual – el número de pobres en Gipuzkoa, privaciones de toda naturaleza parecen cronificarse en el caso de menores, mujeres e inmigrantes , colectivo este último que padece la pobreza más extrema. “Estamos asistiendo a un fenómeno de empobrecimiento de la pobreza. Es necesario destacar esta realidad que habitualmente ocultan los gobiernos, ya que hacerla visible es la única manera de combatirla”, defendió ayer Rodríguez durante una comparecencia ante los medios en Donostia.

El estudio ha sido realizado sobre una muestra de 1.446 hogares, 256 más que en 2012. Se trata de un trabajo bianual que realiza el Centro de Documentación y Estudios – SIIS de la Fundación Eguía – Careaga, por encargo de la Diputación.

Vulnerabilidad de las mujeres Los datos reflejan un descenso de la pobreza en Gipuzkoa, con unas tasas que colocan al territorio en mejor posición que el conjunto de la CAV y del Estado. Pero las conclusiones de la encuesta alertan de la vulnerabilidad de los hogares encabezados por mujeres , y de un progresivo descenso de la edad de los afectados por la crisis. Del Río subrayó la “grave realidad que supone la pobreza infantil”. Según advirtió, la situación que atraviesan los menores junto a sus padres tendrá un reflejo en la edad adulta.

“Cuando hablamos de pobreza infantil hablamos de familias con menores a cargo. Los padres tratan de preservarlos de esa falta de recursos, pero está estudiado que un menor que durante su infancia ha vivido alguna de estas situaciones complicadas va a sufrir de un modo u otro las consecuencias a lo largo de su vida. Es un problema que hay que atajar de raíz”, expuso.

En buena medida, la escasez de medios económicos que salpica a estas familias se debe a la fuerte precarización del empleo. El 6,2% de la población guipuzcoana desempeña un trabajo remunerado que no le procura los ingresos suficientes para afrontar los gastos familiares. Se trata de una situación que prácticamente se mantiene inalterable con respecto a los datos del anterior estudio realizado hace dos años.

La denominada “pobreza en el empleo” sigue afectando a miles de familias, y son los hijos quienes acaban acusando la falta de recursos económicos. “El riesgo de exclusión esta desplazándose de la población mayor hacia la población infantil y juvenil, con tasas de pobreza del 19,2%, que llega a ser severa en el 8,8%”, detalló Rodríguez.

Inmigrantes La pobreza es todavía más acusada entre la población inmigrante. Prácticamente la mitad del colectivo que reside en Gipuzkoa se encuentra en esta situación, y el 36,8% sufre privaciones muy severas. La población extranjera se ha convertido, según expuso el diputado, en la principal pagana de las medidas que se están tomando para salir de la crisis.

Una situación que aún podría ser más difícil de no contar con las políticas de rentas mínimas. La directora Del Río recalcó la efectividad de estas ayudas, y la importancia del conocimiento de los recursos existentes por parte de la sociedad.

En ese sentido, indicó que el 11,9% de la población guipuzcoana atravesaría actualmente una situación de pobreza severa si no existieran prestaciones económicas como la del desempleo, la Ayuda de Garantía de Ingresos, la Renta de Garantía de Ingresos, la Prestación Complementaria de Vivienda o las Ayudas de Emergencia Social. “Este sistema de ayudas públicas supuso la salida de la pobreza severa de 46.000 personas en 2014”, aseguró.

Se trata de una situación que puede aplicarse al conjunto de la CAV. Según revela la Encuesta de Pobreza y Desigualdades Sociales de 2014, el sistema vasco de ayudas sociales ha reducido a la mitad el impacto que la crisis ha tenido sobre los ingresos de los más pobres.

Así, entre 2008 y 2014, el 10% de las personas más pobres del País Vasco sufrieron una reducción de sus ingresos del 13,4%, una caída que habría alcanzado al 25,7% de no haber contado con las prestaciones sociales.

La encuesta evidencia que en el País Vasco, “a pesar de que hay gente que lo está pasando peor”, la merma de ingresos que ha sufrido la población vasca más pobre “se ha podido reducir a la mitad gracias al efecto redistribuidor de las ayudas sociales”.

Las claves

La encuesta. El estudio ha sido realizado sobre una muestra de 1.446 hogares, 256 más que en 2012. Los datos reflejan un descenso de la pobreza, pero arroja conclusiones preocupantes: la vulnerabilidad de los hogares encabezados por mujeres y personas inmigrantes , así como las crecientes necesidades de la población infantil.

Pobreza severa. Afecta a un 5,4% de la población guipuzcoana, algo más de 38.000 personas. Esto supone vivir, en el caso de una persona sola, con menos de 568 euros al mes o, en el de una pareja con dos menores, con menos de 1.200 euros.

Pobreza infantil. El riesgo se está desplazando de la población mayor hacia la población infantil y juvenil. Entre los menores de edad, la tasa de pobreza es del 19,2%, y de la pobreza severa del 8,8%.