La población extranjera en Euskadi se situó, a fecha de 1 de enero de 2015, en 137.397 personas, lo que supone un 2,8% (3.919 personas) menos que el año anterior. Se trata del tercer año consecutivo en el que la comunidad autónoma pierde habitantes provenientes de otros países, según un informe del Observatorio Vasco de Inmigración (Ikuspegi), que ha analizado la situación de los padrones.

Ikuspegi considera que el descenso se ha debido, fundamentalmente, a la crisis económica y “al proceso de nacionalizaciones que se está dando en los últimos años”. Pese a esta reducción, Euskadi continúa siendo, en términos relativos, la comunidad que menos inmigrantes pierde en el conjunto de España.

En la actualidad, la población extranjera es de 137.397 personas, lo que supone un 6,3% del total. Respecto al año anterior, significa un 2,8% menos, frente al 6,1% de retroceso de la media nacional. Algo más de la mitad (el 51%) son hombres.

En Bizkaia reside el mayor número de personas con nacionalidad extranjera, concretamente 65.041, un 4,6% menos que el ejercicio anterior. Le sigue Gipuzkoa, con 46.408 personas empadronadas, y un ligero descenso de 0,1%, y Alava, con 25.948 personas y una disminución del 2,8%.

Álava es el territorio en el que los inmigrantes representan una mayor parte de la población total: el 8%, frente al 6,5% de Gipuzkoa y el 5,7% de Bizkaia.

Impacto de la inmigración

En cuanto al impacto de la inmigración en la dinámica demográfica, Ikuspegi destaca que, entre 1998 y 2015, Euskadi ha incrementado su población total en 90.267 nuevos habitantes. Este crecimiento se ha producido gracias a la llegada de población extranjera, que ha pasado de 15.198 personas empadronadas en 1998 a 122.199 en 2015.

Por el contrario, en el mismo periodo, el número de población autóctona ha decrecido en 31.932 personas, aunque parece detectarse que en el último lustro este colectivo tiende a aumentar, y podría ser debido al proceso de nacionalizaciones de población extranjera.

En consecuencia, la inmigración ha conseguido revertir la dinámica de pérdida de población que ha experimentado la Comunidad Autónoma Vasca.

Este impacto positivo en la estructura demográfica se observa claramente en el aumento del peso de la población con nacionalidad extranjera, que ha pasado de presentar un 0,7% en 1998 al 6,5% en 2015. No obstante, este crecimiento ha sido menos intenso que en el conjunto de España, donde se ha pasado en el mismo periodo temporal de un 1,6% a un 10,1%.