La Comisión Europea presentó ayer su Estrategia de Inmigración 2015 , que propone multiplicar los fondos para rescatar barcos, recursos para destruirlos en los puertos, cuotas para repartir solicitantes de asilo entre los Estados miembros y una invitación a 20.000 refugiados a que vengan a Europa.
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El esperado y polémico documento se trata del plan más arriesgado presentado hasta ahora por las instituciones, el más global y que pretende hacer del problema Mediterráneo, un problema Europeo. «Afrontamos una situación sin precedentes que requiere acciones sin precedentes», resumió ayer la Alta Representante para Política Exterior, Federica Mogherini. Pero, aunque en términos relativos hay un claro avance, y se mejoran los medios económicos notablemente, en términos absolutos el objetivo es poco ambicioso.
La estrategia de ayer tiene tres pilares. Por un lado, el dinero. La propuesta de Mogherini y el comisario de Inmigración, Avramopoulos, que será discutida el lunes por los ministros de Exteriores de la UE, y en junio por los jefes de Estado y de Gobierno, sugiere «triplicar la capacidad y activos para las operaciones conjuntas de la Agencia Frontex y Poseidón en 2015 y 2016», llevándola hasta el nivel de la operación Mare Nostrum italiana, que el año pasado rescató a 100.000 personas.
Además, se pretende la «movilización de 60 millones de euros adicionales de financiación de emergencia para los Estados miembros de primera línea», esto es, Italia, Grecia y Malta sobre todo, y en menor medida España. Así como «una asignación de 30 millones de euros para los programas regionales de desarrollo y protección, empezando a partir del Norte de África y el Cuerno de África», también en 2015 y 2016.
El segundo pilar son las cuotas. La Comisión quiere un programa pionero de reasentamiento dotado con 50 millones de euros y destinado a transferir 20.000 personas a Europa de forma segura y legal, las que están en países de tránsito tras ser perseguidos o en un proceso de vulnerabilidad y desean solicitar asilo político. Un paso novedoso e importante que es el que genera más disputas. Reino Unido, en particular, encabeza las críticas y puede bloquear el proceso, pues cree que de esta manera se incentiva a los traficantes y se multiplicarán los viajes y los muertos. «Si cerramos las puertas, la gente entrará por las ventanas», ha replicado el presidente Juncker.
A nivel práctico, ACNUR ayudaría a identificar a los refugiados, y la Comisión centralizaría el proceso de reasentamiento, que se haría por cuotas. De forma voluntaria al principio, pero con el objetivo de que sea de forma obligatoria en el futuro. Alemania asumiría el 15,43% (3.086 personas), Francia el 11,87% (2.375), Italia el 9,94% (1.989) y España el 7,75% (1.549).
Para los solicitantes de asilo que ya hayan llegado a Europa, las cuotas se fijarán según una tabla que tiene en cuenta los factores (PIB, población, paro, etc) de cada zona. Así, Alemania asumiría el 18,42% de una cantidad todavía no determinada. Francia el 14,17%, Italia el 11,85% y España el 9,1%.
A finales de mayo, la Comisión Europea publicará una cifra (se rumorea que en torno a 20.000 también), que son los emigrantes llegados en el último flujo de emergencia, y que se concentrarán sobre todo en Italia, Grecia y Malta. Y de ellos, los que no reúnan las condiciones para pedir asilo, serán repartidos. Los porcentajes, eso sí, se podrían ver afectados, puesto que no todos los países quieren contribuir.
Si se aprobara tal cual, España acogería a 1.549, más unos 1.800 de la cuota de emergencia, además del número de peticiones de asilo generales, que el año pasado, por ejemplo, fueron 1.600. En la parte voluntaria de los nuevos refugiados puede haber sorpresas. Y en la otra, aunque se llegue a aprobar tal cual, Reino Unido, Irlanda y Dinamarca (que en su adhesión a Europa tienen la potestad de rechazar parte de la legislación en Interior) podrían negarse. Y Londres ya ha dejado claro que lo hará. Su ministra del Interior, Theresa May, dijo que las cuotas son un error y que los emigrantes deberían ser devueltos a África.
El tercer pilar es el trabajo sobre el terreno. Desde el «establecimiento de un centro polivalente piloto en Níger» al trabajo de Inteligencia, para «desmantelar las redes delictivas». Para ello, hará falta un mandato que Mogherini buscó esta semana en Naciones Unidas.
¿Las carencias? Sólo en Siria, Mali, Somalia, Eritrea, Sudán del Sur y Nigeria hay más de seis millones de refugiados. En lo que va de año, se han rescatado a 25.000 personas en el Mediterráneo. En 2014, se detectaron 283.532 cruces irregulares de fronteras, un 164% más que el año anterior. Y las peticiones de asilo no afectan a los llamados «emigrantes económicos», que son decenas de miles, y que serán devueltos al país de origen.