Cocina comunitaria en las calles de Grecia
Un ejecutivo en paro es el impulsor de un movimiento solidario que sirve cada día comida cocinada al aire libre
Diario de noticias de Gipuzkoa, , 04-05-2015La crisis tiene muchas caras en Grecia y también muchos nombres y apellidos. Uno de los que mejor la resumen es Kostas Polychronopoulos. Este ejecutivo griego del mundo del marketing y las finanzas perdió su trabajo en septiembre de 2009, cuando la crisis empezó a notarse con fuerza, dejando atrás más de 25 años de experiencia a sus espaldas.
Encontrar un trabajo resultó tarea imposible y Kostas tuvo que vender su apartamento y su descapotable e irse a vivir de nuevo con su madre anciana. En uno de sus días como desempleado, Kostas vio a dos niños pelearse por comida frente a un contenedor de basura en una calle de Atenas. Esa imagen le hizo darse cuenta de la gravedad del problema y le dio pie para poner en marcha una iniciativa que lleva ya más de cinco años funcionando por las ciudades de Grecia, la de cocinar para todos los que lo necesitan.
“Vi la indiferencia de la gente y eso me molestó”, explica Kostas mientras cocina, con la ayuda de 400 jóvenes que participan en unas jornadas solidarias durante el fin de semana en un colegio de Atenas. “En aquel entonces yo ya estaba en paro. Al día siguiente decidí preparar sándwiches y compartirlos en un parque, el problema fue que nadie los quería coger”.
Sin embargo, la situación cambió cuando Kostas empezó a comer uno con todos ellos y se ganó la confianza de los que le rodeaban sentados en varios barcos alrededor de una fuente. “Entendí perfectamente su desconfianza porque no sabían si esa comida estaba en buen estado o qué le había echado. Eso me hizo darme cuenta de que tenía que cocinar en la calle y aquí sigo”, explica.
Kostas consiguió los primeros ingredientes yendo a un mercado local y pidiendo a varios vendedores que donaran patatas, zanahorias y varios paquetes de arroz. Con el paso de los años el resultado ha ido dando forma a La otra persona, el nombre con el que ha bautizado a esta iniciativa, que da una media de 130 raciones diarias de comida, subiendo la cifra en muchas ocasiones hasta las 300, pero en la que Kostas no quiere que participen partidos políticos ni empresas privadas.
Esta iniciativa solidaria, en la que no participan partidos ni empresas, da hoy en día una media de 130 raciones diarias de comida
La respuesta ciudadana fue unánime y así comenzó un movimiento que es un ejemplo de la cara solidaria de muchos griegos. Kostas tiene claro lo importante que es compartir con la gente más necesitada, pero no solo dando comida, sino comunicándose con ellos y sabiendo qué está viviendo y sufriendo cada uno. “La comida es simplemente la excusa para acercarnos”, deja claro.
En definitiva, la iniciativa de Kostas pasa por convertir su actividad en una fiesta diaria en la calle. “Ofrecemos una comida de amor, como cuando organizamos una fiesta e invitamos a nuestros amigos, aquí nadie tiene que ser mirado de mejor o peor forma, todos somos iguales”, recalca. Tras seis años de políticas de austeridad extremas y con una tasa de paro cercana al 27%, Kostas cree que la situación de Grecia es la más extrema de la UE, pero está convencido de que es un problema que se vive en más rincones de países como España o Alemania.
Hoy la actividad de esta cocina comunitaria tiene lugar en un parque en Kipseli, un barrio de clase media, donde hace apenas tres meses votó en un colegio electoral el ahora primer ministro griego y líder del partido radical de izquierda Syriza, Alexis Tsipras. Otros días, Kostas se acerca a la céntrica plaza de Omonia o a la zona turística de Monastiraki. Una de las profesoras que acompañan a los estudiantes este domingo explica la importancia de enseñar a ser solidarios a las futuras generaciones. “No todo el mundo en Grecia tiene problemas, por eso estos jóvenes tienen que estar al corriente de la situación que viven muchas familias”, explica.
A su lado un grupo de jóvenes llora mientras pela cebolla, otros pican pimientos con esmero y otros cortan la carne en trozos que ponen en dos grandes ollas. Para muchos es su primera experiencia tras los fogones. Pasadas las cuatro de la tarde, la comida está lista y un grupo de los estudiantes ponen rumbo a repartirla en el parque próximo al patio de la escuela donde han estado cocinando. Su llegada no causa sorpresa a los presentes, que más bien estaban esperándola con ansia, ya que ya saben perfectamente el horario de Kostas.
En total, un 23,1% de la población griega vivía por debajo del umbral de la pobreza a mediados de 2014 y había un 28,8% de pobreza infantil. Mientras el Gobierno de Tsipras acelera las negociaciones con la Comisión Europea y sus acreedores, prepara también un programa de lucha contra la pobreza, que incluye alimentos y electricidad gratis y ayudas al alquiler.
“Al principio de la crisis un 80% de la gente a la que ayudábamos eran inmigrantes o refugiados y un 20% eran griegos. Sin embargo, ahora la situación se ha invertido”, explica Kostas. Uno de los que recibe un planto caliente de lentejas es un africano de Sierra Leona, quien lleva tres años viviendo en Grecia. Habla inglés y ya controla bien una conversación en griego, idioma en el que reconoce que no tiene trabajo desde hace meses: “Los griegos nos tratan bien, solo unos pocos son racistas con nosotros”.
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