Más de 6.000 inmigrantes –la mayoría africanos y sirios– que intentaban alcanzar en barcas la costa italiana fueron rescatados en el canal de Sicilia este fin de semana. Se trata de una de las cifras más elevadas registradas en el último año, aunque no la mayor. Hace menos de un mes, los días 12 y 13 de abril llegaron a Italia 6.600 inmigrantes en pateras.
Este fin de semana, el buen tiempo y el mar en calma dispararon el flujo de inmigrantes que los traficantes conducen a Italia en pateras rudimentarias que parten habitualmente desde Libia, aprovechando la situación de guerra y caos generalizado en este país del norte de África.
La mayoría de las operaciones las llevó a cabo la Guardia Costera italiana. Ayer, salvó a 2.152 inmigrantes en 17 operaciones, de las cuales cuatro aún continuaban al cierre de esta edición. Por su parte, la Marina militar italiana socorrió a 570 extranjeros que viajaban en cuatro embarcaciones, entre los cuales había unas 60 mujeres y una quincena de niños.
A esta cifra hay que sumar 50 inmigrantes más que llegaron por sus propios medios, en una barca destartalada, a la isla italiana de Lampedusa. Y 219 extranjeros a los que auxilió la patrullera francesa Commandant Birot, que la semana pasada se incorporó a las operaciones de rescate después de que el Consejo Europeo sobre inmigración, celebrado el 23 de abril, acordara reforzar los dispositivos europeos en el Mediterráneo para las labores de rescate.
Asimismo, las ONG Médicos sin Fronteras y Moas socorrieron a 369 inmigrantes con un navío privado, y la Guardia Costera de Libia interceptó ayer cinco pateras con un total de 500 inmigrantes, que devolvió a la costa libia, en concreto a Misrata, al este de Trípoli.
El sábado, la actividad de la Guardia Costera italiana fue similar al domingo. Protagonizó 17 operaciones más y salvó a 3.690 extranjeros, aunque también recuperó los cuerpos sin vida de 10. Tres estaban en una embarcación donde viajaban 105 inmigrantes más, y que se encontraba a 45 millas (unos 70 kilómetros) al noroeste de Trípoli. Y otros cuatro, en una patera con 77 ocupantes. Según parece, todos fallecieron a causa de las duras condiciones de la travesía. Por otra parte, tres inmigrantes más murieron al lanzarse al agua para llegar a un remolcador que se acercaba para ofrecer auxilio a la patera donde viajaban.
Si la oleada continúa, la situación empeorará en todos los aspectos porque Italia ya no sabe dónde acoger a tantos extranjeros. El primer ministro italiano, Matteo Renzi, pretende que el conjunto de países de la Unión Europea se encarguen de estos inmigrantes en función de su capacidad de acogida. Sin embargo, según el Tratado de Dublín, los extranjeros deben solicitar asilo en el primer país de la Unión Europea que pisan. Esto obliga a Italia a tener que lidiar en solitario con los millares de inmigrantes que llegan a su costa.