La otra mirada

Arando en la mar

Deia, Por Nekane Lauzirika, 27-04-2015

EL Mediterráneo, al que tan prepotente y engoladamente seguimos desde esta orilla norte llamando Mare Nostrum, está colmatándose no solo con nuestras basuras, sino también con miles de refugiados – náufragos que intentan vadear desde las márgenes de la pobreza, la miseria, la persecución, la guerra, el integrismo… hacia la orilla que ellos esperaban fuera de la vida y de la esperanza.

Las noticias impactantes de decenas, centenas, miles de ahogados o desaparecidos en sus aguas llegan como un rosario sin fin. De Libia, Chad, Egipto, Sudán, Somalia…, ahora más de Siria… Tráfico de seres humanos, muertes trágicas, caras desencajadas, cuerpos extenuados… Es impensable que haya quien no se compunja ante tanto sufrimiento; a todos nos sobrecoge y produce consternación ver tanto dolor en ojos que transmiten el vacío del horror en la mirada.

Ayer se cumplieron 88 años que las bombas alemanas guiadas por Franco y sus secuaces arrasaron Gernika y a su población civil indefensa. Si hoy es icono mundial de pacifismo y de la denuncia del terror no fue por el horror que sufrió, sino porque se dio a conocer con un cuadro famoso de Picasso y por un periodista honesto y fiel a la verdad, George Steer. Triste realidad, pero a duras penas se recuerdan las terribles masacres padecidas en Durango, Eibar, Elorrio… Y aún conocidas, no fueron impedimento sino ensayo para las posteriores realizadas en otras ciudades de Europa.

Los ciudadanos europeos no deseamos que vivan en guerra ni bajo precarias condiciones en sus países, ni que mueran de hambre, ni que el integrismo les azuce, ni que se ahoguen vadeando hacia esta orilla… Pero al mismo tiempo que no deseamos que vengan inmigrantes y que se instalen aquí, tampoco queremos ayudarles para que puedan vivir allí, no nos gusta que nos incomoden (aunque solo sea visualmente en la tele) pero no queremos implicarnos… Probablemente desearíamos asistir a este trágico drama real como meros espectadores digitales. Por aquí navegan las resoluciones de las autoridades de la UE, que tal vez debieran ser de otra manera para hacer frente a esa contradicción esquizofrénica europea, seguramente derivada de intereses contrapuestos, sean económicos o de cualquier otra índole geoestratégica de los diferentes países.

Es probable que suceda como con el bombardeo de Gernika, que antes de ser símbolo fue modelo de horror para otros bombardeos civiles similares. Vamos de camino, arando la mar hasta que el número de muertos a las puertas del paraíso sea tal que les permita pasar la mar a pie.

Atribula profundamente pensar que seguimos arando la mar plagada de sus cadáveres y nuestras contradicciones.

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