¿Cuántos muertos serán necesarios?

Diario Sur, , 25-04-2015

Mientras en Europa nuestras conciencias dormían tranquilas, y nuestras ambiciones seguían agitadas pensando en cómo resolver los problemas materiales provocados por la crisis, 700 personas perdían la vida ahogando sus miedos y sueños en uno de los cementerios más grandes del mundo, el Mediterráneo. Embarcadas en Libia rumbo a Italia, han muerto ahogadas durante la madrugada del día 19, en la peor tragedia en el mar Mediterráneo que se recuerda desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

El pesquero zozobró a unas 60 millas (110 kilómetros) de las costas libias y a unas 120 millas náuticas al sur de la isla de Lampedusa. La causa del hundimiento fueron los movimientos de las propias víctimas al acudir todas al mismo flanco de la nave cuando vieron acercarse a un mercante portugués, que recibió una llamada de socorro.

Pero en poco mas de una semana se han producido otros dos naufragios que han causado otros 450 muertos. Desde comienzos del año se contabilizan 1.500 inmigrantes ahogados en su intento de llegar a las costas italianas. Es una cifra sin precedentes, que se inscribe en el aluvión de personas en situación límite, sobre todo sirios y africanos, llegados hasta las costas de Libia tras evitar los check point de la guerra o viajar desde el sur del desierto de Sahara durante dos meses, para acometer el viaje de la esperanza hacia una vida mejor.

Los italianos afrontan solos la situación. En dos semanas, los italianos han salvado en el mar a más de diez mil personas y protestan por la insuficiencia de la ayuda que deben proporcionar los otros países europeos, que miran para otro lado. Está en funciones un ‘plan Tritón’ de la Unión Europea, que carece de recursos, medios navales y aéreos, de personal especializado y de grupos médicos.

Europa se enfrenta a un enorme desafío. Sin embargo sus respuestas están siendo desacertadas, decepcionantes y sus reacciones preocupantes. La muestra del escaso compromiso de la UE con este drama pudimos verlo tras la tragedia de Lampedusa, cuando Italia puso en marcha sin apoyo alguno, un operativo de búsqueda y salvamento, denominado Mare Nostrum, que logró rescatar a casi 190.000 personas durante 2014. Durante todo ese año el Gobierno italiano solicitó encarecidamente a la UE fondos para poder mantener dicha labor de salvamento. Sin embargo la respuesta de la UE fue del todo escasa, poniendo en marcha la ‘Operación Tritón’, cuyo presupuesto era de menos de un tercio que el anterior y por tanto el alcance mucho menor.

La UE sigue confundida, afrontando este reto que tiene un claro carácter humanitario, con respuestas meramente policiales y de blindaje de fronteras, en vez de abordar las causas que provocan estos desplazamientos forzosos y buscar vías seguras para que los seres humanos que están sufriendo las consecuencias puedan tener alguna alternativa. No podemos obviar que en este drama hay implicados miles de seres humanos inocentes: refugiados y migrantes que huyen de conflictos armados, del hambre y la miseria. Todo ello, en gran parte, provocado por la riqueza del norte que sigue empobreciendo al sur.

Entre tanto España está teniendo un papel poco loable en esta tragedia. El pasado mes de marzo, nuestro Ministro del Interior, el señor Fernández Díaz, se opuso a una operación de rescate europea alegando que esto provocaría un «efecto llamada». Sin embargo el domingo 19 el presidente del Gobierno lanzó un llamamiento para que la UE busque soluciones y afronte el tema conjuntamente.

Para dar solución a este tremendo drama, desde las organizaciones proinmigrantes exigimos respuestas coherentes poniendo en marcha medidas tales como: la puesta en marcha de una nueva política europea de asilo e inmigración que priorice a las personas respetando los derechos humanos. Habilitar vías seguras para las personas refugiadas e inmigrantes que huyen de la violencia generalizada y del despojo de sus recursos a través de programas conjuntos de reasentamiento, garantizando el acceso al procedimiento de protección internacional por vía diplomática y en frontera, reconsiderando las políticas de visados con los países que están generando estos flujos, y fortaleciendo la cooperación internacional. Por supuesto abordando las causas que están provocando el desplazamiento forzoso de las personas inmigrantes.

Con estos objetivos se celebran en Málaga, este fin de semana las XIX Jornadas de Inmigración, organizadas por la Plataforma de solidaridad con los inmigrantes, bajo el título de la vulneración de los derechos humanos en la frontera de Ceuta y Melilla, en el centro municipal de la plaza Montaño.

No podemos mirar hacia otro lado. Hoy son ellos los que necesitan refugio, mañana podría ser yo o… podrías ser tú.

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