Mare Mortum llama El Roto al Mediterráneo en una de sus viñetas, un negro mapa de la realidad entre Europa y África. Medeathterraneo, le llama el caricaturista Forges – “hasta que los políticos de Europa quieran” – . Más de dos Titanic, dice el slogan de Amnistía Internacional, que ha recuperado la imagen del crucero de lujo para recordarnos que, solo en 2014, 3.400 personas murieron en las aguas del Mediterráneo, dos veces los desaparecidos en aquel exclusivo naufragio que la historia continua recordándonos, mientras se nos diluyen en el día a día los ya 1.600 ahogados intentando llegar a Europa en lo que va de año.

Mediterráneo, naufragios y miseria. También el escritor Juan Goytisolo relacionaba ayer estas palabras al recoger santamente airado su flamante Premio Cervantes. También Miguel de Cervantes pasó miserias, deudas y estrecheces en tierra firme, recordó, y también en las aguas del Mediterráneo se extravió y fue hecho prisionero. “Es abominable” la impasividad de la Unión Europea, les dijo a todos, reyes y plebeyos, el veterano escritor. Goytisolo les afeó su olvido de la realidad, la actual y la pasada; su impúdica insistencia en buscar los huesos del escritor como reliquias, e imaginó a Don Quijote “al pie de las verjas de Ceuta y Melilla, socorriendo a unos inmigrantes cuyo único crimen es su instinto de vida y el ansia de libertad”.

Es difícil decirlo mejor. Como no les puedo dibujar las palabras del maestro ni les puedo contar un cómic, les recomiendo la imagen – un meme, un fotomontaje para internet – que el otro día llegó a ser portada de un diario en Alemania: los políticos europeos, juntos y trajeados, apretados en medio del mar, a la deriva en una patera.