Los Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea quieren detener la sangría en la que se ha convertido el mar Mediterráneo para los inmigrantes que intentan cruzarlo con el objetivo de llegar a Europa y para ello se comprometieron ayer a triplicar los fondos destinados a financiar la operación de control de fronteras Tritón que coordina la agencia Frontex a la que comprometerán 120 millones de euros. Es uno de las pocas cifras que asumieron ayer los 28 durante la cumbre extraordinaria convocada en respuesta a la tragedia de las últimas semanas. De la cita, sin embargo, no sale ningún compromiso firmes en materia de acogida de refugiados.

Inicialmente se hablaba de la creación de un programa piloto y voluntario para acoger a 5.000 solicitantes ya identificados en los países de origen, no de los que llegan hacinados en los barcos a las costas italianas, pero esa cifra saltó finalmente por los aires debido a las muchas discrepancias que existen sobre esta materia entre los Estados miembros y dada la lejanía a la cifra de acogida de sirios solicitada por Naciones Unidas, de 135.000, optaron por eliminarla. “Me hubiera gustado que hubiéramos sido más ambiciosos. No ha sido posible pero continuaremos con nuestra reflexión aseguró el presidente de la Comisión, Jean – Claude Juncker.

La canciller de Alemania, Angela Merkel, fue más precisa y admitió que el problema de fondo se debe a la desigual distribución que existe hoy en día en la Unión Europea. “Suecia acoge junto con Alemania al mayor número de solicitantes de asilo, el 45% entre los dos. Y 2/3 de los refugiados van a cinco Estados miembros. No hemos podido entrar demasiado en ello pero tenemos que desarrollar procedimientos de redistribución”, reclamó. La alemana aseguró que quieren ayudar a Italia ante este drama pero advirtió que este país y otros, sin precisar cuáles, no registran adecuadamente las solicitudes que reciben. En la misma línea se pronunciaba el presidente de la Eurocámara, Martin Schulz, que acudió a la primera parte de la cita y que también ponía números al problema.

solo nueve estados “El 90% de los refugiados son absorbidos por nueve Estados miembros de la UE. En una comunidad de 28 países es algo simplemente insostenible. El año pasado se presentaron 626.000 demandas de asilo en la UE. Hay quien dice que son muchas pero solo se concedieron el 50%. Si hubiéramos garantizado un mejor reparto funcionaría mejor. Pero esta gran concentración en algunos Estados miembros hace que el sistema no funcione”, recordó pidiendo más equilibrio y cifrando en 12 millones el número de refugiados que un país como Francia tendría que acoger para equipararse a las cifras de Líbano que con una población de 5 millones acoge a 1 millón de refugiados. “Una mejor redistribución es una precondición. No pueden ser siempre los mismos diez países. Sin capacidades de los 28 no es posible ninguna solución a medio plazo”, añadía también el austríaco Werner Fayman.

Entre los más rotundos sobre este tema, el holandés Mark Rutte. “Creo que Holanda hace mucho. Creo que la cuestión es qué van a hacer otros países. Holanda siempre será un país al que las personas que tienen una verdadera necesidad y cumplen las condiciones podrán acudir pero hay muchos otros países que no pueden decir lo mismo”, recriminó. De ahí que la declaración final mantiene la tibieza y solo promete: “incrementar la ayuda de emergencia a los países que están en la primera línea y considerar opciones para organizar una reubicación de emergencia entre los Estados miembros”.

apoyo a países africanos Otra cuestión es la de los inmigrantes que huyen de la pobreza, que se echan en brazos de los traficantes por razones económicas. Para prevenir este flujo, el plan aprobado ayer contempla media docena de medidas que pasan por el aumento del apoyo a países africanos como Túnez, Egipto, Sudán, Malí y Níger para que controlen mejor sus fronteras y las rutas seguidas; el envío de funcionarios a países clave para recabar información sobre los flujos migratorios, apoyarles a crear guardafronteras y la creación de un nuevo programa de repatriación de inmigrantes irregulares coordinado por Frontex desde los países que se encuentran en primera línea del Mediterráneo.

En cuanto a los fondos y medios, si bien inicialmente se incluía la promesa de duplicar los medios, finalmente la UE triplicará el dinero destinado a costear la operación Tritón que coordina la agenda Frontex lo que significa, según cifró Juncker, que destinarán 120 millones de euros, lo mismo que destinó el año pasado Italia sola a la operación Mare Nostrum. De la reunión también salen compromisos de más medios navales y marítimos. Algunos más generosos que otros y más precisos en su aportación y otros sin precisar como España.

La UE da también mandato a la alta representante para la política exterior, Federica Mogherini, para que empiece a preparar una posible misión civil y militar para capturar y destruir las embarcaciones que utilizan los traficantes para trasladar a los inmigrantes. La jefa de la diplomacia estará a mediados de la próxima semana en Nueva York. Según fuentes de su entorno aprovechará el viaje para empezar a sondear cómo respiran los países que forman parte del consejo de seguridad de Naciones Unidas de cara a solventar las cuestiones jurídicas que una operación así plantea. Para el primer ministro italiano, Matteo Renzi, lo que ocurrió ayer en Bruselas en lenguaje político fue “un gigantesco paso adelante”.

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