Bilbao – Mujer autóctona con algún hijo a su cargo sin empleo ni formación y con una media de 46 años. Este es el perfil de las personas más vulnerables socialmente en Bizkaia según se desprende de un informe elaborado por el Instituto Deusto de Drogodependencias en base a los datos e intervenciones de la Cruz Roja en Bizkaia durante los años 2012 y 2013. Del estudio también se deduce que en los últimos dos años ha habido un incremento “en el deterioro de las condiciones sociales de inclusión” en las personas que han requerido ayuda en la Cruz Roja.

“La crisis, con la ciudadanía llamando a nuestras puertas, nos obligó a reinventarnos”. Así explicó Manu Calvo, coordinador provincial de Cruz Roja Bizkaia, el cambio de rumbo que se vieron obligados a dar a partir de 2008 en sus actuaciones en el ámbito social. Un cambio que se tradujo en priorizar la lucha contra la pobreza y exclusión social. Y así lo han hecho. Pero para poder trabajar mejor en el futuro querían tener “una fotografía de esta temática”. Así que acudieron a la Universidad de Deusto, con la que mantienen un convenio de colaboración con la Facultad de Psicología. Y gracias a ese convenio y al soporte económico que ha prestado la Diputación Foral de Bizkaia ha salido dicho estudio. La propia diputada foral de Acción Social, Pilar Ardanza, subrayó durante la presentación “la importancia de tener un conocimiento profundo y científico de nuestra realidad para diseñar políticas sociales que den respuesta a las necesidades de la ciudadanía de Bizkaia”.

Base de datos El estudio parte de la base de que las personas que se acercan a la Cruz Roja solicitando atención presentan “alguna dificultad social, alguna carencia o apoyo”. Según los técnicos que han elaborado el informe, Teresa Laespada, directora del Instituto Deusto de Drogodependencias, y Juan Manuel González de Audikana, investigador del Instituto, “puede decirse que esas personas ya parten de posiciones de vulnerabilidad, aunque sea moderada”. La zona de vulnerabilidad social está situada, según ellos, “entre la zona de integración y la zona de exclusión”. “Diríamos”, dijo Teresa Laespada, “que es una franja difusa, de difícil precisión, que comienza cuando las personas empiezan a sentir fragilidad de los mecanismos de protección social habituales o bien la ausencia de alguno de ellos”. Según explicaron, “la vulnerabilidad hace referencia a la fragilidad social, personal, laboral, familiar, de vivienda, a las dificultades en inserción laboral y a los escasos recursos disponibles, incluso teniendo empleo”.

Las principales conclusiones del informe señalan que durante 2013, Cruz Roja Bizkaia atendió a un total de 7.785 personas en sus programas de Intervención Social, lo que supuso un incremento de un 35,8% con respecto al año anterior, cuando atendieron a 5.730 personas. Si se comparan los datos de 2012 y 2013, se puede comprobar que en el primero de esos dos años, la atención a personas inmigrantes y a personas mayores significaban “el grueso” de la atención del trabajo del personal de Cruz Roja, mientras que en 2013 “irrumpen con fuerza las personas que demandan atención por lucha contra la pobreza y la exclusión social”.

El perfil de la persona atendida durante 2013 responde a una mujer que se encuentra en edad de trabajar y con una media de 46 años. Destaca que la mitad son autóctonos y, entre la población extranjera atendida, fundamentalmente son personas de Latinoamérica. Hay tanto casados como solteros, pero llama la atención “la importante responsabilidad familiar que tienen, ya que el 85% tiene algún hijo a su cargo y el 21% corresponde a familias numerosas. La formación es muy diversa, pero en su mayoría no alcanza formaciones especializadas, con lo que la empleabilidad es más complicada. “En este sentido”, señala el estudio, “es preocupante la vulnerabilidad de las mujeres ”.

Vulnerabilidad Los expertos de Deusto han medido la vulnerabilidad a través de un cuestionario social que se administra a cada persona que acude a los programas de Intervención Social “para valorar el riesgo y las necesidades”. El cuestionario aborda 58 factores posibles de vulnerabilidad distribuidos en cinco ámbitos: económico, social, ambiental/vivienda, familiar y personal. En 2013, el 64% de las personas que solicitaban atención presentaban riesgos económicos y el 75% de las intervenciones se realizaron en situaciones de vulnerabilidad moderada. Y lo más destacable es que el 61% de las personas atendidas en este tipo de vulnerabilidad eran mujeres de edades comprendidas entre 25 a 49 años. Pero es significativo que la presencia de mujeres mayores es notable. Así, el 8,4% tiene entre 65 a 79 años y el 17,6% tiene más de 80 años. Un dato muy preocupante.