"Europa crea un mercado para los traficantes de personas"
La Vanguardia, , 22-04-2015BARCELONA. (Redacción). – En Naciones Unidas trabaja un relator especial que se ocupa de los derechos de los migrantes (es decir, emigrantes e inmigrantes). Su nombre es François Crépeau, es canadiense –de Québec – , ocupa el puesto desde el 2011 y ha dicho al diario británico The Guardian que Europa está creando todo un mercado para los traficantes de seres humanos.
François Crépeau afirma que los países ricos –no solo de Europa – deberían acoger a un millón de refugiados sirios en los próximos cinco años y que además hacerlo es muy factible y tiene un coste menor que seguir afrontando naufragios y rescates en el Mediterráneo. El plan se podría incluso ampliar a siete años para acoger a refugiados de Eritrea y otros países.
“Sabemos que un gran número de sirios van a abandonar estos países –donde actualmente se refugian, como Líbano, Turquía y Jordania – y si no creamos un mecanismo legal para que puedan hacerlo acudirán a los traficantes”, dice Crépeau. Y afirma: “Es la inacción de Europa lo que está creando un mercado para los traficantes”.
Así que, propone el relator, experto desde hace años en migraciones, “podríamos ofrecer, colectivamente, a un millón de sirios reasentarse en los próximos cinco años. Para un país como Gran Bretaña supondría probablemente unos 14.000 sirios al año; para Canadá, menos de 9.000 al año. Para Australia, posiblemente menos de5.000”.
“Deberíamos afrontarlo todos juntos. Es un sistema mucho mejor para todo el mundo: reduces el número de muertos, reduces el negocio del tráfico de seres humanos y reduces el coste de las demandas de asilo”, asegura Crépeau. Los refugiados tendrían simplemente que acudir a oficinas allí donde están, en Estambul, Beirut o Amán.
Al mismo tiempo, y ante la habitual suspicacia de muchísima gente que en Europa no quiere reconocer como refugiados a muchas de las personas que intentan cruzar el Mediterráneo o la valla de Melilla, o que simplemente rechazan la inmigración por motivos económicos, François Crépeau tiene otro mensaje:
“Los países europeos dicen que no tienen trabajo ni siquiera para sus propios ciudadanos y que no pueden acoger más gente. Pero no es verdad. Hay trabajos mal pagados en la agricultura, la construcción o el cuidado de los ancianos o niños”. Lo que pasa es que “nos negamos a reconocer la existencia de empleos sumergidos porque nos gusta el precio de los tomates en junio y porque queremos que nuestra señora de la limpieza sea barata. Y esa gente sabe que hay empleos. Ese es un elemento de atracción enorme”.
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