ceuta – Un inmigrante subsahariano de 18 años se encaramó ayer a la valla fronteriza que separa Ceuta de Marruecos y, pese a estar herido, al cierre de esta edición se negaba a bajar y a entregarse a las autoridades marroquíes. El joven tenía un corte en una pierna producido por la concertina. Pese a ello, sostenía que pensaba dormir en lo alto de la valla – situada a seis metros de altura – y que no pensaba deponer su actitud hasta que pudiera entrar en Ceuta, de donde ha sido expulsado tres veces en los dos últimos años. El joven estaba en la primera de las dos vallas fronterizas que separa Ceuta de Marruecos, por lo que la responsabilidad de que bajase era de la Gendarmería marroquí. – Efe