Mil muertos en una semana
Los 650 desaparecidos frente a la costa libia se suman a los 400 ahogados en esa misma zona el lunes pasado«Son hombres y mujeres como nosotros, hermanos buscando una vida mejor», lamenta el PapaRenzi exige una cumbre extraordinaria
El Mundo, , 20-04-2015«¡Vamos a la deriva! ¡Ayúdenos!». Ésa fue la llamada que desató la alarma en la Guardia Costera italiana en la medianoche del sábado. Pero lo que nadie se imaginaba es que aquello era el inicio de la peor tragedia que se ha vivido en el Mediterráneo. Y todo «ante la pasividad de Europa», denunciaron organizaciones como Acnur, Amnistía Internacional, Médicos sin Fronteras… La lista de organismos que se pronunciaron es larguísima y el clamor fue unánime. Unos 650 inmigrantes desaparecieron ayer en las aguas del Mediterráneo al volcar el pesquero en el que viajaban a 70 millas de la costa libia. Iban apiñados como animales en un barco de 20 metros de eslora. Al cierre de esta edición sólo se había conseguido salvar a 28 personas y recuperar 24 cadáveres.
La llamada que recibió la Guardia Costera la noche del sábado no distaba demasiado de las muchas otras que ha recibido desde principio de año. Gracias al sistema de llamada satélite, los operadores pudieron determinar rápidamente de dónde procedía el aviso de socorro y solicitaron a un mercante de bandera portuguesa que se hallaba en la zona –el King Jacob, que ya participó anteriormente en cuatro operaciones de rescate– que ofreciera ayuda a la embarcación en problemas.
Se trataba de un pesquero repleto de inmigrantes que habían zarpado del este de Trípoli con la esperanza de alcanzar lo que ellos consideran el edén: Europa. Según la reconstrucción que se ha realizado de los hechos, los ocupantes de la embarcación se abalanzaron a un lado de la nave al divisar en la lejanía el mercante que creyeron que podía ser su salvación. Pero fue todo lo contrario. Con el peso de los inmigrantes, el pesquero volcó. La Guardia Costera, la Marina militar y la Guardia de Finanzas italianas iniciaron una operación de rescate con la participación de hasta 18 buques, además de aviones y helicópteros. La temperatura del agua del mar donde ocurrió el naufragio no era demasiado baja, de unos 17 grados, e inicialmente se creyó que se podrían encontrar supervivientes.
Los emigrantes que intentan alcanzar la costa italiana normalmente no saben nadar, pero existía la esperanza que muchos se hubieran mantenido a flote agarrándose a los tablones del pesquero.
Pero anoche, después de toda una jornada de búsqueda incesante, el operativo de rescate sólo había conseguido encontrar 28 personas con vida y recuperar 24 cadáveres.
«A bordo, había unos 50 niños y cerca de 200 mujeres», declaró anoche uno de los supervivientes a la fiscalía de Catania, según recoge Corriere della Sera. El primer ministro italiano, Matteo Renzi, que ayer compareció ante la prensa tras una reunión de urgencia con su Gobierno en Roma, lamentó que el rescate lo esté afrontando su país «casi en solitario». Todos los medios dispuestos son italianos, excepto cuatro mercantes extranjeros que se hallaban en la zona. Malta se ofreció a acoger los cuerpos de los 24 fallecidos.
«Italia es un país extraordinario», añadió Renzi, emocionado por el gran esfuerzo que «hombres y mujeres» de su país están haciendo por salvar la vida de los náufragos. El premier calificó de «inconcebible» que el resto de países de la UE no hayan movido un dedo, y solicitó un «consejo extraordinario» para afrontar una crisis que se ha costado 1.000 vidas en una semana, tras la muerte, el pasado lunes, de otras 400 personas en la misma zona. Pero Renzi no sólo pretende hablar de la emergencia, sino poner fin a lo que llamó «el esclavismo del siglo XXI», el tráfico de personas, en cuya lucha su país ya suma recientemente 976 detenidos, reveló.
Hasta el pasado noviembre, Italia contaba con una operación que llevaba el nombre de Mare Nostrum: sus embarcaciones fondeaban en aguas internacionales e incluso libias para rescatar inmigrantes en el canal de Sicilia. La operación ayudó a salvar 150.000 vidas, pero costaba nueve millones de euros al mes, y el Gobierno italiano la canceló al negarse la UE a contribuir a su financiación.
En la actualidad, la Agencia Europea para la Gestión de las Fronteras Exteriores (Frontex) impulsa la operación Tritón, que cuenta con un tercio del presupuesto de la anterior, y sus embarcaciones sólo vigila, no rescatan, ni salen de aguas italianas.
Según Renzi, la tragedia de ayer no se podría haber evitado aunque la Mare Nostrum siguiera activa. «Ya había una nave de salvamento, y aun así el pesquero volcó», declaró el primer ministro en alusión al mercante de bandera portuguesa que se acercó a ofrecer ayuda a los inmigrantes.
«El problema no se acabará hasta que no se encuentre una solución para Libia», destacó Renzi, que desde hace meses insiste en la necesidad de que la comunidad internacional mueva ficha en el país del norte de África, donde Italia tiene grandes intereses económicos. Es una de sus principales fuentes de petróleo.
«Evidentemente, hay que solucionar el problema de raíz, pero eso lleva tiempo. Lo que sí se puede hacer de urgencia es impulsar un operativo de salvamente ante la emergencia actual», declaró ayer a EL MUNDO el responsable de campañas de Amnistía Internacional en Europa, Matteo de Bellis, disintiendo de Renzi.
«Las operaciones de rescate cuentan con un protocolo. Normalmente intervienen dos barcos pequeños que se acercan a la nave a salvar desde dos lados diferentes. No tiene nada que ver con lo que puede hacer un mercante», detalló el representante de Amnistía. Otras organizaciones de derechos humanos coincidieron ayer en lo mismo: que la tragedia de ayer era previsible y que sobre todo se podría haber evitado.
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