La violencia de la secta religiosa Boko Haram sigue imparable en varios países de África y la infancia es una de las afectadas por sus devastadores efectos, según denuncia Unicef. Pone como ejemplo el vídeo que relata la tragedia de Sani, un niño de 10 años que fue secuestrado por Boko Haram. Su padre tuvo que pagar un rescate para poder salvarle y ahora vive en un campo de refugiados en Níger. Estas situaciones se repiten por la voracidad del grupo islamista armado que siembra el terror en el noroeste de Nigeria. Quienes están más amenazadas son las niñas a las que secuestran, violan y obligan a casarse con sus miembros, sacándolas de los colegios.

Asimismo, la zona del lago Chad se ha convertido en la válvula de escape para cientos de Nigerianos que huyen de sus hogares perseguidos y masacrados por Boko Haram. Los campos de refugiados reciben un flujo imparable de personas aterrorizadas, familias separadas, niños solos y todos con una situación terrible de carencia, además del terror reflejado en sus rostros.
El drama de los refugiados
vídeo

Unicef recuerda que se cumple un año del secuestro de más de 200 niñas por el grupo armado Boko Haram. Además de niñas, también secuestran niños. Rompen y separan familias. La organización de la ONU se ha hecho eco de esta situación y además de pedir que devuelvan a las niñas #BRINGBACKOURGIRLS, pide que les devuelvan la infancia a todos, niños y niñas #BRINGBACKOURCHILHOOD.