Al caer la noche cualquier cosa puede ocurrir en ‘El año más violento’. Duro ‘thriller’ de J.C. Chandor centrado en los negocios sucios de un joven y ambicioso inmigrante hispano, Abel Morales, en el Nueva York de 1981. Personaje encarnado por Oscar Isaac con toda propiedad. A su lado brujulea su malvada esposa, Anna Morales, a la que da vida Jessica Chastain como si de una Lady Macbeth contemporánea se tratara. Inquietante pareja que da paso a un sombrío ‘thriller’ mafioso, filmado con tiralíneas por el máximo responsable de ‘Cuando todo está perdido’, bien secundado por los aquilatados fotogramas de Bradford Young y la punzante banda sonora de Alex Ebert.

A partir de semejante detonante argumental la película retrata a toda una serie de personajes corruptos, en sintonía con los terribles tiempos que corren, siempre al borde del más violento precipicio vital que quepa imaginar. Pero si el marco es de ‘thriller’, la trama es un melodrama en su sentido más clásico, con unos personajes abocados a un destino trágico del que no pueden escapar. A partir de ahí, la mutua dependencia en la que participan los protagonistas está descrita sin moralismos y tiene una densidad que pocas veces incluye el cine actual.

Porque las tripas de ‘El año más violento’ contienen el más alto grado de arrebato malsano del cine negro reciente. No podía ser de otra manera, vista la longitud de onda en la que chapotean unos seres humanos incapaces de atrapar el engañoso ‘sueño americano’. Como diría el propio Macbeth: «Sueño que teje la enmarañada tela de las tribulaciones». Sea como sea, bienvenido sea este filme con garra, poblado por tipos de poco fiar, en su perfecto punto de cocción, que nos recuerda oportunamente que aún quedan directores que todavía saben hacer cine, aunque sea con materiales de derribo. Confiemos en que para J.C. Chandor sea algo más que una promesa.