«Que la Justicia caiga sobre todo maltrato a la mujer». Con esta y otro puñado de frases enmarcadas en pancartas de color rosa, medio centenar de gitanos se manifestaron ayer en el barrio madrileño de Carabanchel por la muerte de la joven gitana Támara Simón Barrul, de 23 años, el pasado miércoles, en la localidad cacereña de Aldea Moret.

Contrariamente a la costumbre gitana, las mujeres fueron quienes lideraron la protesta, seguidas por los hombres detrás. Su voz se hizo notar. «¡Justicia!», gritó una. «No al maltrato», apuntó otra. Cánticos con la consigna «No a la violencia» se repetían una y otra vez a lo largo del improvisado recorrido. Los hombres, en principio, mantenían distancia y observaban desde lejos, pero poco a poco se sumaron a la marcha.

El reguero de personas recorrió la zona manifestándose sin rumbo definido desde su partida en el camino Alto de San Isidro hasta que se topó con la Policía en la calle de General Ricardo. Los efectivos les exigieron el permiso para movilizarse, pero la entidad organizadora, la Asociación Nacional Gitana Buena Yerba, no lo había tramitado. Sus dirigentes desconocían que fuera necesario. Por ello, los manifestantes acordaron leer su proclama al pie del puente de Madrid Río e inmediatamente se dispersaron.

NO AL SILENCIO

Pilar Heredia, presidenta de este colectivo, admitió durante la movilización que, dentro del pueblo gitano, «los malos tratos existen, pero no como para llegar a la muerte». Sobre el caso concreto de Támara, presuntamente asesinada por su marido, que permanece en prisión provisional desde el sábado, apuntó: «Por miedo no levantó la voz, ni a su familia. Pero ese silencio ha sido su muerte. Si lo denunciaba, él habría entrado en la cárcel». «Esto merece un análisis más profundo», añadió, «porque han fallado los mecanismos de denuncias dentro de la comunidad gitana».

Los políticos también mostraron ayer su rechazo a la última muerte por violencia de género. El Parlamento de Extremadura y diversos ayuntamientos de esta comunidad realizaron un minuto de silencio en memoria de Támara.

Heredia se comprometió ayer a promover una nueva movilización para los próximos días en el centro de Madrid «con una mejor organización», a la vez que pidió que «caiga todo el peso de la ley sobre todo hombre que maltrate a una mujer».