«Nos encierran sin poder ir al baño, y puedes oír sus risas»
Denuncian «maltrato físico y verbal» en el Centro de Internamiento de Extranjeros. Convivir sin Racismo presentará a la Fiscalía un informe en el que advierte de «insultos y vejaciones» a los inmigrantes
La Verdad, , 12-03-2015«Hay turnos de guardia de policías buenos y otros malos. Los malos nos gritan, nos tratan mal. Nos cierran con llave la puerta de la habitación de fumadores y apagan el extractor de humos, nos suben el aire acondicionado hasta conseguir un ambiente gélido. Por las noches, nos dejan encerrados en la celda sin posibilidad de ir al baño, y cuando llamas para avisar no abren. Mientras, puedes oír las risas». Es el testimonio de un inmigrante irregular que ha pasado por el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Sangonera la Verde, y que aparece recogido en un informe de la ONG Convivir sin Racismo que fue presentado ayer. El documento, que será elevado a la Fiscalía, denuncia el «trato denigrante», «los insultos y vejaciones» y las «condiciones inhumanas» que sufren los internos. Hay, además, una denuncia por maltrato físico que ya está ante el juez.
Voluntarios de Convivir sin Racismo llevan desde octubre de 2013 accediendo al CIE dos veces por semana gracias a la autorización del juez encargado de la vigilancia del centro. De los 1.000 internos con los que se han entrevistado desde entonces surgen las conclusiones de este informe, en el que se reconoce que en el último año y medio se han producido algunas mejoras. «Se han comenzado a practicar de manera normalizada pruebas para la determinación de la edad, las organizaciones sociales podemos acceder al CIE y se ha ampliado el horario de visita de familiares y abogados», se detalla. Sin embargo, lo conseguido es «algo tan básico como insuficiente ante las condiciones inhumanas y degradantes que viven las personas internas en este centro».
Convivir sin Racismo ha llevado al juzgado un caso de maltrato físico, un inmigrante «que pidió a los policías que dejaran de insultar a otros internos, y como respuesta le pisaron la cabeza y le golpearon», relata Leonor Rodríguez, trabajadora social que colabora con la ONG. Si solo hay una denuncia es por la «impunidad» en el interior del CIE, «un limbo» en el que los inmigrantes cuentan incluso con menos garantías que los presos de una cárcel, denuncia. Hasta dos meses pueden estar retenidos en este tipo de centros los inmigrantes que son detenidos por vivir en España sin contar con permiso de residencia, algo que es una infracción administrativa, no un delito. Si en esos 60 días no se ha procedido a la expulsión, el inmigrante debe ser puesto en libertad.
Convivir sin Racismo denuncia irregularidades en estos procesos de expulsión. Sandra Martínez, miembro de la ONG, pone un ejemplo: «Cogieron en Almería a un chico marroquí de 19 años con un 65% de discapacidad, con una enfermedad mental. Lo internaron en el CIE de Sangonera, donde no hay una atención psiquiátrica adecuada, y lo expulsaron después sin ni siquiera informarle de que lo iban a devolver a su país. Tuvimos que explicárselo nosotros para que por los menos su familia pudiese recogerlo en Marruecos». Junto a las expulsiones sin previo aviso, también genera críticas la situación de los menores. «Tenemos en nuestro poder partidas de nacimiento traducidas y legalizadas, así como cartas de identidad, que acreditan la minoría de edad de chicos que han llegado solos a nuestro territorio nacional y, en este momento, se encuentran en el CIE porque las autoridades no han validado dichos documentos», denuncia la ONG. La ley establece que los menores no deben ser internados en el CIE, recuerdan los voluntarios. Además, cuestionan la validez de las pruebas óseas a las que son sometidos los inmigrantes para determinar su edad. «El margen de error es de 18 meses, pero ellos no lo tienen en cuenta. Han expulsado a gente que incluso había presentado partidas de nacimiento a través del consulado español en su país de origen», señalan.
Según la ONG, los inmigrantes no son informados de las posibilidades legales que tienen. Ocurrió, denuncian, con cuatro ciudadanos sirios que llegaron al puerto de Cartagena. «Trabajaban en un barco y decidieron quedarse en Europa; estaban horrorizados con la sola idea de volver a su país», Fueron descubiertos en un control e internados en el CIE. «Tenían derecho a solicitar el asilo por la situación que vive Siria, pero a pesar de eso les retuvieron». Convivir sin Racismo les ayudó a presentar la solicitud, y pudieron salir del centro de Sangonera.
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