MÉXICO. (Ap y Redacción). – La policía mexicana asaltó el tren conocido como La Bestia, que transporta emigrantes clandestinos a Estados Unidos, hasta 153 veces el año pasado, en una serie de operaciones que comenzó el pasado agosto.

La Bestia es un tren decrépito al que durante años se han montado emigrantes de toda Centroamérica en su recorrido por México desde Guatemala. Ocupando todo rincón posible y los techos de los vagones, cientos de emigrantes han sufrido heridas y amputaciones al abordarlo, han muerto en caídas fatales al quedarse dormidos o a consecuencia de descarrilamientos.

En el 2013, el Comité de Familiares de Migrantes Clandestinos de El Salvador afirmó que en México existen 150 fosas comunes a lo largo del recorrido de La Bestia, llenas de cuerpos sin identificar.

El recorrido del tren está jalonado de albergues, pequeños hoteles y cantinas donde se concentran los emigrantes, que asimismo han sido barridos por las autoridades del Instituto Nacional de Migración (INM) mexicano en un total de 758 redadas, que incluyeron autobuses, camiones y otros medios de contrabando de migrantes

Esta inusual actividad contra la emigración ilegal a Estados Unidos ha estado motivada por el creciente número de niños que, solos o acompañados, tratan de llegar al país vecino. Según el INM, entre enero del 2014 y febrero de este año fueron interceptados nada menos que 23.078 niños, un 37% de los cuales –es decir, 8.540 – viajaban solos. Sin embargo, el comisionado del Instituto, Ardelio Vargas, no aclaró cuántos de esos menores fueron repatriados a sus países de origen.

Las batidas policiales desde mediados del año pasado en el recorrido de La Bestia han hecho que los emigrantes utilicen cada vez más los autobuses, lo que les resulta considerablemente más caso. Ardelio Vargas dijo que el martes pasado 101 emigrantes centroamericanos (de El Salvador, Honduras y Guatemala) fueron detenidos en dos autobuses en el estado de Zacatecas.

El funcionario agregó que las autoridades mexicanas habían detenido a 408 personas por cometer delitos contra migrantes, incluidos homicidios, secuestro, violación y extorsión. En el 2013, Vargas tuvo que reconcer que en su Instituto había una “corrupción generalizada”. Si los traficantes de emigrantes cobraban entonces cien dólares a aquellos que querían alcanzarLa Bestia, los funcionarios del INM también cobraban por hacer la vista gorda.