Un nuevo ‘gurdwara’ para la comunidad sikh de Lloret de Mar

El centro ha superado las trabas administrativas y vecinales despúes de tres años de negociaciones

El Mundo, ANDRÉS NEF LLORET DE MAR, 23-02-2015

El sikhismo, que combina elementos
del hinduismo y del islamismo,
y cuyos practicantes se distinguen
por llevar turbantes de colores y
una pulsera de metal que les recuerda
que no pueden hacer malas acciones,
cuenta en Lloret con unos
500 seguidores de los cerca de
12.000 que residen en Cataluña.
«Es una religión que siempre
busca ayudar a la gente porque para
nosotros todo el mundo es igual,
no importa que seas rico o pobre,
siempre has de poder comer un
plato de comida», explica el presidente
de la comunidad sikh en Lloret,
Jadiv Singh. Este colectivo
inauguró hace pocas semanas el
nuevo centro de culto de la comunidad
en Lloret de Mar, con las asistencia
de alrededor de 1.200 personas,
en un polígono industrial del
lloretense barrio del Rieral. En opinión
de Jadiv Singh, la inauguración
del templo –el décimo en Cataluña–
ha sido la «feliz» culminación
de un largo proceso que ha
significado tres años de conversaciones
con el Ayuntamiento, para
la modificación del plan urbanístico
y para superar las reticencias de
los vecinos.
«Nosotros alquilamos una nave
industrial, presentamos la solicitud
como centro de culto y el Ayuntamiento
nos la dio. Pero cuando fuimos
a pedir los permisos para las
obras nos dijeron que no», explica
Singh refiriéndose a la suspensión
de la concesión de licencias para
oratorios y templos que en 2011
aprobó repentinamente el Ayuntamiento
de Lloret. Una medida que
seguía el ejemplo de otras poblaciones
catalanas con un índice elevado
de inmigración y que aprovechaba
el entonces reciente cambio
introducido por el gobierno de Mas
en la Ley de Centros de Culto, que
eximía a los municipios de la obligación
de reservar suelo para uso
religioso.
En el caso de Lloret, la suspensión
tenía el objetivo final de modificar
el plan urbanístico para impedir
el establecimiento de nuevos
centros de culto en el municipio, lo
que obligó a la comunidad sikh a
organizar sus reuniones y celebraciones
en templos de Girona, Santa
Coloma de Farnés y Barcelona.
O «en salas del hotel Samba cuando
había una fiesta importante»,
aclara Singh.
Finalmente y tras una serie de
conversaciones, el Ayuntamiento
decidió modificar de nuevo el plan
urbanístico para que en las zonas
industriales pudiesen establecerse
centros de culto religioso, siendo la
nave alquilada originalmente por
la comunidad sikh, el emplazamiento
seleccionado para el nuevo
gurdwara.
Una decisión que molestó a los
vecinos del Rieral. «No se nos consultó.
Nos enteramos que el Ayuntamiento
estaba teniendo conversaciones
con la comunidad sikh
para establecerse en el polígono
del barrio sin contar, no sólo sin
nuestra opinión, sino sin la de los
vecinos de Lloret», comenta la se-
Un nuevo ‘gurdwara’ para la
comunidad sikh de Lloret de Mar
El centro ha superado las trabas administrativas y vecinales despúes de tres años de negociaciones
Dos miembros de la comunidad sikh durante el tiempo de oración, en el nuevo centro abierto en Lloret de Mar. EDDY KELELE
cretaria de la Asociación de Vecinos
del Rieral, Inés Jávega. «Solo
tras presentar una serie de alegaciones
al Ayuntamiento y de obtener
una disculpa de éste, pudimos
participar en el proceso y exponer
nuestras demandas», añade.
La primera, que para evitar problemas
de sobreocupación, seguridad
e higiene, el recinto cumpliese
«toda la normativa legal para oratorios
y templos a diferencia de lo
que ocurre en otros centros de culto
del municipio», aclara Jávega.
La segunda, obtener una respuesta
a la pregunta de por qué
una comunidad religiosa con 500
miembros, y en la que no todos son
fieles, requería de un espacio tan
grande como una nave industrial.
«Nuestro miedo inicial era que pudiese
convertirse en una sede comarcal,
pero luego pudimos comprobar
que con las obras y el acondicionamiento
interior, el espacio
que quedaba era bastante reducido
», señala la secretaria de la asociación
de vecinos del Rieral.
Para Jávega, que remarca que
los lloretenses no están en contra
de las comunidades religiosas, y sí
a favor de que las cosas se hagan
con cierto control, participación y
de forma legal, la presencia del
templo sikh en el barrio «nos mantiene
a la expectativa pero, en principio
y después de haber sido partícipes
del proceso, pensamos que
la cosa puede ir bien».
Del mismo parecer es la regidora
de Benestar i Família de Lloret,
Idoia Saracibar, para quien la apertura
del gurdwara es un síntoma
de la buena cohabitación de las diferentes
confesiones religiosas de
Lloret de Mar.
El municipio contabiliza un 40%
de población inmigrante, con vecinos
de más de 100 nacionalidades
distintas y, además del templo sikh,
cuenta con otros seis centros de
culto, de religiones como la evangélica,
la musulmana, la católica o
la ortodoxa.

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