UN AÑO DE LA TRAGEDIA DE CEUTA INMIGRACIÓN
«LOS NEGROS NO IMPORTAMOS A LOS BLANCOS»
Kakoly, herido en el intento de entrada y devuelto a Marruecos, cree que la investigación no avanzará
El Mundo, , 06-02-2015Kakoly es el seudónimo que ha elegido este joven de Costa de Marfil que, en la madrugada del 6 de febrero de 2014, salió de los bosques marroquíes con idea de alcanzar España. Él estaba entre los cerca de 200 inmigrantes que se echaron al mar, junto al espigón ceutí de El Tarajal, donde 15 personas perdieron la vida. Él, herido, pudo salvar la suya. Un año después, duda que vaya a hacerse justicia en España: «No me creo nada, no me lo creo porque los negros no les preocupamos a los blancos», afirma a Europa Press.
En conversación telefónica desde un lugar que teme revelar, Kakoly opina que su testimonio de poco serviría al proceso judicial, al que no ha sido convocado, porque no cree que la investigación vaya a llegar a ningún lugar ni que «los blancos» se vayan a «molestar en investigar» su versión de los hechos.
Cuando se cumple un año de la tragedia, la lesión en el ojo que arrastra fruto del pelotazo de goma que recibió en la cara –documentado por la ONG Caminando Fronteras con parte médico– no le deja olvidar el desconcierto que sintió cuando vio que guardias civiles, «los buenos», disparaban botes de humo y pelotas de goma en lugar de echarse primero al agua para asistir a las personas, «como siempre hacían». Insiste en que entre los que se tiraron al agua había muchos que no sabían nadar, pero, estando tan cerca de la arena española, confiaban en que «la Cruz Roja, la guardia o quien fuera» iría en su ayuda. «Pero empezaron a disparar contra nosotros, no para asustarnos o para que nos fuéramos, nos disparaban», asegura.
Cuenta que aun así, pensó que había tenido suerte. Dolorido por el golpe y agotado por el esfuerzo, consiguió llegar a la playa de Ceuta y ni siquiera trató de escapar. Minutos después los agentes le entregaron a las fuerzas marroquíes, como a otros 22 como él, por la puerta de servicio de la valla.
Una vez en el lado marroquí, le montaron en un jeep y le proporcionaron primeros auxilios. Después estaba en la calle otra vez, sin permiso de residencia en Marruecos y con 15 compañeros menos. No ha llegado a contar en su casa, en Costa de Marfil, lo que pasó aquel día, porque «se preocuparían». Lo guarda para sí, aunque no va a olvidarlo.
Tampoco olvida Frerick, que supo, estando en Camerún, que su hermano Larios, de 19 años, había fallecido. El suyo fue uno de los cinco cuerpos recuperados por la Guardia Civil en aguas españolas y actualmente está enterrado en el cementerio de Ceuta mientras su familia, como la del resto, reclama justicia. «El Gobierno español debe revisar su política en materia de inmigración, no atacar a la gente cuando está en el mar y cuando llegan a las costas. Si hay que repatriarles, que sea de forma más humana», reclama.
Un año después de los hechos, el Juzgado 6 de Ceuta ha dado algunos pasos en la investigación, como identificar el cuerpo de Larios. Las acusaciones pidieron el pasado mes de julio la imputación de algunos de los guardias que formaban parte del operativo, por el disparo de pelotas de goma y las devoluciones en caliente, y hasta la fecha, la juez no se ha pronunciado al respecto.
El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, insistió ayer en que no ha quedado probado «en absoluto» que «hubiera relación causa-efecto entre las bolas de goma que lanzó con carácter disuasorio la Guardia Civil y los fallecimientos» y dijo que los que intentaron entrar en Ceuta «murieron en aguas marroquíes».
«¿Cómo evito la entrada irregular sin emplear el uso de la fuerza?», planteó el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez. «El rechazo en frontera consiste en esperar a que el inmigrante haya bajado de la valla y esté a salvo, porque lo contrario es tirarlos de la valla», dijo, y abogó por la regulación de las también llamadas devoluciones en caliente.
En este sentido, la UE ha propuesto a Marruecos facilitar la concesión de visados como contrapartida a que Marruecos aplique el «acuerdo de readmisión» que suscribió con España, según admitió ayer el embajador de la UE en Marruecos, Rupert Joy.
El embajador dijo que, a falta de un acuerdo claro de readmisión, la expulsión a Marruecos es difícil. Señaló que en 2013 se detectaron 29.000 marroquíes en situación irregular dentro de la UE, que recibieron «una orden de regreso, pero sólo el 37 % regresó a Marruecos», informa Efe. Es la primera vez que un responsable europeo admite públicamente la vinculación entre este acuerdo de readmisión y la cuestión de los visados, muy solicitados en Marruecos para entrar en el espacio Schengen y criticados por el alto precio que suponen.
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