CHARLIE SIFFORD
El primer golfista negro
Hijo de albañil, aprendió a jugar trabajando como ‘caddie’ y practicando en el club de su ciudad los lunes, día que cerraban las instalaciones. Debutó como profesional en 1960 y tuvo que soportar todo tipo de insultos, agravios y amenazas. Ha sido un referente para golfistas de la talla de Tiger Woods
El Mundo, , 06-02-2015Al empezar abril, en 1960, responder a Charlie Sifford ya era la principal preocupación de todos los organizadores de torneos de golf de Estados Unidos. En su primera temporada en el circuito PGA no se había dejado una sola petición por enviar; estaba haciendo historia: por primera vez un negro había conseguido convertirse en profesional. En los tres primeros meses del año, siete abiertos le permitieron participar, disfrutando de su duro drive (fue Top 5 en cuatro), pero a la vez contando bajas entre sus socios. En ese mismo tiempo, otros nueve eventos le negaron la entrada, ganándose el halago de medios locales y al mismo tiempo, la ira de vecinos que, de noche, destrozaban sus campos.
Fue entonces cuando en la primera jornada Greater Greensboro Open, en Carolina del Norte, Sifford, entre el frío y el viento, consiguió firmar una tarjeta de 68 golpes, tres bajo par y colocarse líder, un hecho inédito. Aquella noche, según explica en su autobiografía Just let me play (Sólo déjenme jugar) un hombre «con acento de blanco sureño» llamó al pequeño apartamento que había alquilado junto al club:
– ¿Charlie Sifford?
– Soy yo.
– Será mejor que mañana no metas tu culo negro en nuestro campo, negrata. El golf no es deporte para negratas.
– Mañana empiezo mi recorrido en el hoyo 1 a las 10:15 horas. Haz lo que tengas que hacer, estaré allí.
– Mejor vigila, negrata.
Al día siguiente, empezó su recorrido en el hoyo 1 a las 10:15 horas y lo máximo que recibió fue varios insultos coléricos de un hombre «bajito y gordo, con la voz de la llamada». Cerró el día con 72 golpes, dos buenas jornadas después (70 y 75) acabó cuarto el torneo y se convirtió, con su denuncia posterior, en un símbolo de la lucha contra la segregación racial.
En los cursos siguientes, completó 422 torneos con dos victorias (Greater Hartford en 1967 y Los Ángeles Open en 1969) y dos segundos puestos y, tras retirarse en 1974, acabó haciendo fortuna en el circuito de veteranos. Si entre los profesionales sumó 350.000 dólares en premios, como senior acumuló 930.000, adjudicándose incluso el PGA Championship de 1975.
Tanto esfuerzo en el camino lo valía. Nacido en 1922, hijo de un albañil, a los nueve años entró a trabajar como caddie en el club de su Charlotte natal y, tras mucho practicar los lunes, el día que el campo estaba cerrado, a los 13 ya amenazaba el par. Sólo la Segunda Guerra Mundial, donde combatió en la batalla de Okinawa, en Japón, le impidió empezar su carrera junto a pioneros como Bill Spider y Teddy Rhodes, pero al regresar, en 1947, no perdió el tiempo. Tras hacer amistad con el segunda base Jackie Robinson, el primer jugador de béisbol afroamericano en la historia de la MLB, dominó desde 1952 a 1956 el National Negro Open, una competición segregada, y en 1957 un torneo cambió su vida.
Gracias al cantante Billy Eckstine, a quien ayudaba en sus giras, conoció al fiscal general de California, Stanley Mosk, y junto a él disputó el Long Beach Open de aquel año. Sin ser una competición oficial, participaban numerosos profesionales, y cuando Sifford los batió a todos, Mosk decidió actuar. Amenazó al circuito PGA con vetarlo si no cumplía la ley igualitaria que su estado acababa de aprobar y éste se rindió. Aún tuvo tiempo el golfista de sufrir desagravios como cuando en un Phoenix Open se encontró el green del hoyo 1 lleno de excrementos. «Si entonces no hubiera actuado como un profesional, hoy no habría negros en el golf», decía. Años después, Lee Elder, Calvin Peete, Jim Thorpe, Jim Dent o Tiger Woods se lo agradecerían.
Charlie Sifford, golfista,nació el 2 de junio de 1922 en Charlotte (Carolina del Norte, EEUU) y murió el 3 de febrero de 2015 en Cleveland (Ohio, EEUU).
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