Les Corts Valencianes han condenado hoy la mutilación genital femenina, y han rechazado cualquier actuación que vaya destinada a forzar o mantener, por cualquier motivo, la inferioridad de las mujeres frente a los hombres.

En una declaración institucional con motivo de la celebración mañana del Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina, Les Corts han declarado también la necesidad de que el Consell siga avanzando en la detección, prevención y erradicación de esta práctica.

Han recordado que la mutilación genital femenina es una violación de los derechos humanos de las mujeres y niñas, que la Organización Mundial de la Salud rechazó en 1997 y la ONU condenó 2012, y “una práctica abominable extendida en un importante número de países”, en su mayoría del África Subsahariana.

El parlamento valenciano ha mostrado su preocupación por esta práctica que, según calculaba Unicef en 2013, afecta a alrededor de 125 millones de niñas y mujeres, y cada año tres millones de niñas corren riesgo de sufrirla, 17.000 en España.

Además, indica la declaración institucional, “debido a flujos migratorios, la ablación está cada vez más presente en países europeos y nos sitúa ante uno de los más graves conflictos que la convivencia en sociedades multiculturales como las actuales plantea”.

La práctica de la ablación, que se atribuye a tradiciones culturales, a motivos religiosos y sociales, anula la capacidad de disfrute sexual de las mujeres, y es considerada “una de las formas más crueles e intolerables de violencia” contra ellas, pues refleja una “cruel desigualdad entre sexos muy arraigada e injusta”.

“Constituye una forma extrema de discriminación de la mujer y las niñas, que viola los derechos a la salud, la seguridad y la integridad física, el derecho a no ser sometidas a torturas y tratos crueles, inhumanos y degradantes, y el derecho a la vida en los casos en que el procedimiento acaba con la muerte”, señala la declaración.

Les Corts afirman que la educación en igualdad de mujeres y hombres es la principal herramienta para contribuir a disminuir las desigualdades, respetar los derechos humanos y preservar la integridad física de los ciudadanos.

Además, añaden, los servicios de salud “deben estar alerta porque el estigma y la vergüenza son factores poderosos que mucha veces frenan a estas mujeres a la hora de buscar ayuda”.