EL TEMPORAL CAUSÓ LA TRAGEDIA INMIGRACIÓN
AHOGADOS EN BUSCA DE UN MUNDO MEJOR
Seis inmigrantes de Guinea Conakry mueren y otros cuatro desaparecen al volcar la patera en la que intentaban acceder a la costa de Melilla
El Mundo, , 31-01-2015El temporal que ayer dejó amarrados los barcos de Melilla en el puerto no frenó, sin embargo, las ansias de 20 inmigrantes por alcanzar el sueño europeo contra viento y marea. Pero la alerta amarilla decretada por la Agencia Meteorológica, incompatible con la endeble patera en la que zarparon, rompió los sueños de todos sus ocupantes, que naufragaron a pocos kilómetros de Melilla. Seis de ellos fallecieron y otros cuatro seguían anoche desaparecidos. La decena restante pudieron ser rescatados con vida por la Gendarmería Real, la Policía y el servicio de Protección Civil de Marruecos, que fueron quienes intervinieron en las operaciones al ocurrir los hechos en aguas alauitas.
Estos datos oficiales proporcionados por las autoridades marroquíes difieren de los que facilitó desde un primer momento el Colectivo Caminando Fronteras, concretamente su activista Helena Maleno, que fue quien a través de Twitter dio la voz de alarma sobre la patera tras haberle perdido la pista. Según la información que le habían facilitado los familiares de los inmigrantes, en la patera iban 31 personas, la mayoría procedentes de Guinea Conakry, y muchos de ellos adolescentes. Por lo tanto, la versión de esta ONG eleva a 15 el número de desaparecidos en lugar de los cuatro que apuntaba el Gobierno marroquí. Una gran diferencia por la que Helena Maleno expresó su preocupación, así como por el trato que podrían recibir los supervivientes interceptados por el país vecino, que fueron conducidos al Hospital Hasani de Nador, aunque nueve de ellos enseguida recibieron el alta.
Caminando Fronteras asegura que los inmigrantes salieron de madrugada desde Nador con la idea de ir hacia Melilla en lugar de atravesar el Estrecho rumbo a Andalucía. Quizá su idea era arriesgar menos por haber pocos kilómetros de distancia, aunque probablemente no tuvieron en cuenta las dificultades de ir a contracorriente. No en vano, las fuertes rachas de viento soplaban del oeste y les empujaban hacia Argelia, justo la dirección opuesta a la que querían. Este factor, unido a la sobreocupación de la patera, pudo formar un cóctel de imposible combinación que terminó con los inmigrantes en el agua.
El naufragio se produjo, según las autoridades marroquíes, a la altura de La Bocana, una playa utilizada por cientos de melillenses como lugar de escapada. Muchos incluso tienen allí una segunda residencia para disfrutar de un enclave natural formado por una costa casi virgen a un lado, y la laguna de la Mar Chica al otro. Una fina lengua de tierra separa las dos bolsas de agua, escenario de la última tragedia que se ha cobrado la inmigración clandestina.
Aunque el suceso tuvo lugar en aguas marroquíes, la Guardia Civil también intervino efectuando un rastreo tras recibir un aviso de Salvamento Marítimo de Almería en la que se alertaba de la desaparición de la patera que estaba a la deriva. Pese al temporal, y en un servicio humanitario marcado por las dificultades, una patrulla del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) salió de su base de Melilla en torno a las diez de la mañana de ayer y regresó más de una hora después sin haber localizado embarcación alguna. Poco después de la una, la agencia oficial de noticias de Marruecos daba la noticia de que había rescatado a 10 inmigrantes y otros 6 sin vida.
Lo que está claro es que el riesgo asumido ayer por los inmigrantes no es una novedad. Otras veces se ha visto en Melilla casos similares de pateras que desafiaron al temporal, aunque con mejor final tras complejos rescates de la Guardia Civil. Para las ONG, este peligro es consecuencia del blindaje que hay en la valla, donde la presión persiste. Eso les lleva a buscar otros métodos, como el coche kamikaze de la semana pasada, que son el fiel reflejo de la desesperación de estos sin papeles por alcanzar un mundo mejor a toda costa.
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