La Policía Nacional ha desarticulado en Cuenca una banda dedicada a la trata de mujeres de nacionalidad paraguaya a las que obligaba a prostituirse en un club de alterne donde permanecían encerradas. La operación se ha saldado con siete detenidos y la imputación de otras cinco personas.

La organización, liderada por un español y su pareja, de origen paraguayo, se encargaba de captar a mujeres jóvenes en ese país con escasos recursos económicos bajo la promesa de ganar mucho dinero de forma fácil ejerciendo la prostitución en España. Una vez aquí, a las mujeres se les exigía el pago de una deuda que oscilaba entre 2.500 y 4.500 euros y que debían saldar trabajando diariamente en un club de alterne. En este local, dotado con numerosas cámaras de vigilancia, las jóvenes tenían prohibido salir del mismo y eran multadas cuando no podían prostituirse por motivos de salud o utilizaban el teléfono móvil.

Además, las mujeres tenían órdenes de esconderse si cuando llegaban agentes policiales para efectuar controles en materia de extranjería y de trabajo y, si no podían huir a tiempo, eran aleccionadas sobre qué contestar a las preguntas de las fuerzas de seguridad.

Según la Policía, los beneficios económicos de la banda desmantelada eran muy cuantiosos y parte de las ganancias habían sido utilizadas para construir un auténtico fortín en torno al club de alterne.