Cien mil alemanes toman las calles contra los islamófobos
La Casa Blanca pide perdón por no haber acudido a París
La Voz de Galicia, , 13-01-2015La canciller Angela Merkel recogió ayer el guante que en el 2010 le había lanzado uno de sus «hijos predilectos», el entonces presidente federal Christian Wulff: «El islam forma parte de Alemania. Es un hecho y comparto su opinión», dijo Merkel citando a Wulff en una conferencia de prensa conjunta con el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu en Berlín.
Este alegato a favor de la convivencia con los cerca de cuatro millones de musulmanes que viven en Alemania no es casualidad. Merkel quería, al afirmar que es la «canciller de todos, independientemente de su origen o religión», dar una muestra de apoyo a los contramanifestantes que salieron a protestar contra el movimiento islamófobo Pegida (Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente), que volvía a protagonizar marchas en varias ciudades. Los primeros cálculos hablan de unas 100.000 personas en toda Alemania. En Leipzig, por ejemplo, 30.000 personas hicieron frente a Legida (el nombre que adopta en esta ciudad el movimiento islamófobo), en una marcha a favor de la tolerancia y en contra de la xenofobia. En Berlín eran 4.000 los que hacían frente a 300 islamófobos. En Dresde, la cuna de Pegida, no se alcanzaron los 18.000 de la última concentración (hubo 15.000) y además se produjeron altercados entre seguidores y detractores del movimiento. Crece la tensión, pero también la oposición a Pegida. En Múnich las calles fueron tomadas por 20.000 personas, y 17.000 salieron a las de Hanóver.
Hoy tanto la canciller como el presidente federal, Joachim Gauck, y toda la plana política alemana acudirán a la emblemática Puerta de Brandemburgo, donde se encuentra la embajada francesa, para participar en una manifestación convocada por las instituciones musulmanas de todo el país. El encuentro, durante el cual se mantendrá un minuto de silencio y se leerán unos versos coránicos, ha adquirido enormes dimensiones. Aunque fue convocada inicialmente por el Consejo Central de los Musulmanes y de la Comunidad Turca de Berlín bajo el lema «Marchar juntos y dar la cara», con el fin de salir al encuentro de aquellos que critican a las asociaciones musulmanes porque consideran que no se distancian lo suficientemente de los islamistas radicales, pretende ser ya la gran marcha alemana a favor de la libertad de expresión y la tolerancia.
Lucha antiterrorista
Mientras Pegida polarizaba nuevamente al país con sus protestas, en las que dan rienda suelta a su rechazo a los inmigrantes provocando además la airada reacción de artistas no solo franceses, que los acusan de instrumentalizar con crespones negros los atentados de París, Merkel recordaba que es la canciller «de todos los alemanes, sin importar de dónde procedan», y anunciaba su presencia hoy en la Puerta de Brandemburgo.
A la solidaridad acompaña también la preocupación por la seguridad en Alemania. El ministro de Justicia, el socialdemócrata Heiko Maas, anunciaba que este mes presentará un paquete de medidas legislativas para combatir la amenaza terrorista. Aunque al contrario que otros compañeros democristianos del Gobierno, rechaza ampliar la ley de grabación de telecomunicaciones, sí planea medidas para impedir que presuntos yihadistas salgan de Alemania, como la incautación del documento de identidad durante tres años, el doble de lo que venían valorando.
El Gobierno alemán quiere así mismo instaurar el fichero de datos de quienes viajen en avión, una medida que de momento solo se aplica para vuelos que salgan de territorio comunitario hacia Estados Unidos. Igualmente convertirán en delito la financiación de organizaciones terroristas mediante «donativos» y la visita de campos de entrenamiento militar en Oriente Medio.
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