LITERATURA EL ESCRITOR VUELVE A LEVANTAR AMPOLLAS Y PASIONES
Y EL ISLAM ‘SOMETIÓ’ A PARÍS
Michel Houellebecq dibuja una Francia dirigida por un partido musulmán en ‘Soumission
El Mundo, , 04-01-2015Igual que hace un siglo nadie imaginaba
en Estados Unidos que un
presidente negro pudiera llegar a
la Casa Blanca, hoy en Francia pocos
son capaces de hacerse a la
idea de un musulmán en el Elíseo.
Sólo el ejercicio de ficción con la
hipótesis desata polémica en un
país donde viven cinco millones
de musulmanes y en el que un
partido como el Frente Nacional,
con un claro discurso contra la inmigración,
le está comiendo cada
vez más terreno al tándem bipartidista
formado por UMP y el Partido
Socialista.
Por eso, el nuevo libro de Michel
Houellebecq, cuya aversión
hacia el Islam también es conocida,
ha levantado ampollas en un
país con dificultades para integrar
a su población musulmana.
Soumission es el título del tomo
que sale el próximo día 7 a la
venta pero que ya se puede ojear
en Internet. Una obra que, dice el
escritor, «no es una provocación
ni una sátira» pues plantea un escenario
«perfectamente verosímil
»: el de una Francia dirigida
por primera vez por un partido
musulmán.
Se trata «de una aceleración de
la historia, pero no es una provocación
en la medida en la que no
digo cosas que considero falsas
sólo por enfadar o molestar. Yo
condenso una evolución que es, a
mi juicio, factible en un futuro»,
afirma el novelista.
El autor galo se defendía así en
una entrevista a la revista literaria
Paris Review de las críticas recibidas
ayer por su último libro, que el
periódico Libération calificaba de
«farsa triste y provocadora». Según
el diario de izquierdas el relato
«respalda las ideas del Frente
Nacional» y «permite calentar el
asiento a Marine Le Pen».
El discurso de este partido juega
precisamente con el miedo de
una parte del electorado a que la
religión musulmana se imponga
en un país laico como es Francia.
De hecho, una de las primeras
decisiones del alcalde del Frente
Nacional en Fréjus, David Rachline,
tras ser elegido en las pasadas
elecciones municipales fue
precisamente paralizar la construcción
de una mezquita en la
localidad.
El propio Houellebecq asegura
que el escenario que plantea en
la ficción podría convertirse en
realidad dados los «constantes
cambios constatados en Francia
y en Occidente». «Es una de las razones
que me llevaron a escribir el
libro», dice. A su juicio, suponiendo
que los musulmanes «consigan
entenderse entre ellos», podrían
llegar al poder aunque reconoce
que «eso llevará décadas».
La trama de Soumission, que tiene
como protagonista a un profesor
de la Sorbona que se convierte
al Islam, viaja a la Francia de 2022
y retrata un paisaje político similar
al actual, en el que los dos grandes
partidos que se han repartido el
poder en el país en las últimas décadas
–la UMP y el Partido Socialista–
están en crisis.
En la novela esta fragilidad es
aún mayor y también lo es el auge
del Frente Nacional, lo que empuja
a las dos formaciones a apoyar a
un partido musulmán para que gobierne
el país y evitar así que lo haga
el partido de Le Pen. «Es cierto
que utilizo el miedo. De hecho, no
sabemos bien de qué tenemos miedo,
si de las identidades o de los
musulmanes. Todo queda en la
sombra», ha reconocido el autor al
citado medio.
Houellebecq asegura que a través
de la pluma intentó ponerse en
el lugar de un musulmán. «Me he
dado cuenta de que están en una situación
totalmente esquizofrénica.
¿Qué puede hacer un musulmán
que puede votar? No está para nada
representado. Sería falso decir
que es una religión que no tiene
consecuencias políticas. En mi opinión,
un partido musulmán es una
idea que se impone», asegura.
En 2001, cuando publicó Plataforma,
Houellebecq ya aseguró
que, para él, «la religión más estúpida
es el Islam». «Cuando uno lee
el Corán se siente abatido, ¡hundido!
(…) La lectura del Corán es algo
asqueroso. Desde que el Islam
nació señaló su voluntad de someter
al mundo. Su naturaleza es la
de someter», dijo.
Más de una década después ha
reflejado con su pluma esta Soumission
que ha vuelto a encender
la crítica literaria. La controversia
creada por uno de los autores galos
más leídos y a la vez más polémicos
ha cruzado fronteras. El diario
suizo Le Temps se preguntaba
ayer: «¿Qué busca Houellebecq removiendo
sus pesadillas, aparte de
jugar con fuego, lo que es una
evidencia. ¿Qué quiere decir?».
LITERATURA EL ESCRITOR VUELVE A LEVANTAR AMPOLLAS Y PASIONES
Y EL ISLAM ‘SOMETIÓ’ A PARÍS
Michel Houellebecq dibuja una Francia dirigida por un partido musulmán en ‘Soumission’
EL ESCRITOR
RESPONDE A LAS
CRÍTICAS QUE LE
ACUSAN DE
«CALENTAR EL
ASIENTO» A LE PEN
«NO ES UNA
PROVOCACIÓN NI
UNA SÁTIRA…
ES UN ESCENARIO
VEROSÍMIL», DICE
EL NOVELISTA
Michel Houellebecq durante la presentación en París de su última película en noviembre del año pasado. MIGUEL MEDINA / AFP
La pluma de Michel Houellebecq enfrenta al lector ante sus
miedos, tabúes y prejuicios –el sexo, el racismo o la xenofobia– y
divide a la crítica. La carrera del escritor francés más internacional
siempre ha estado jalonada de polémicas. Su libro Las partículas
elementales, publicado en 1998 y en el que ya abordaba su
obsesión por el sexo, fue considerado pese a todo el mejor libro
francés del año. Su tercera novela, Plataforma, publicada en 2001,
fue criticada por sus detractores, que consideraban que hacía una
defensa del turismo sexual en Tailandia. Denostado por unos, el
autor, a quien también se ha acusado de plagio, recibió el premio
Goncourt en 2011 por El mapa y el territorio, en el que volvía a
plasmar su obsesión por la sexualidad y la islamofobia.
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